domingo, 17 de junio de 2007

"NO MIRANDO LAS COSAS QUE SE VEN"

Dios les bendiga ricamente!!!

He estado ausente por dos semanas, tuve mucha actividad en el ministerio de películas, además estuve afectado de un virus que está atacando a muchas personas en mi país, pero gracias a Dios que estamos de nuevo por acá. Gracias por su privilegiada atanción con esta página.

Nuestra lectura bíblica:
Lucas 7: 48-50 "Y ella le dijo: Tus pecados te son perdonados. Y los que estaban juntamente sentados a la mesa, comenzaron a decir entre sí: ¿Quién es este, que también perdona pecados? Pero él dijo a la mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz"

Gracias Dios mío por tu Palabra. Bendice a cada lector, en el nombre de Jesús. Amén

Estamos en un escenario muy interesante.

Jesús estaba en pleno apogeo de su ministerio terrenal,

había estado en Capernaum donde hizo el milagro de sanar al siervo del centurión,

además exhaltó la figura de Juan el Bautista,

cuando dijo que no hay hijo nacido de mujer mayor profeta que Juan.

Y en este peregrinar se le acerca Simón el fariseo

y le ruega para que comiese con él en su casa

y Jesús se sentó a la mesa.

Esto nos quiere decir que aún los fariseos se fascinaban,

se impactaban con la presencia del maestro,

no importa tu condición o tu status social,

Jesús te llama,

Jesús está presto a salvarte,

solo tienes que pedirle que coma contigo,

que cene contigo

y Él lo hará

y podrá entrar a tu vida y a tu hogar

y podrá hacer ese milagro

que tu quieres con tu vida.

Había una mujer que la Biblia refiere que era de la ciudad y era pecadora,

esto quiere decir que era una mujer que tenía condiciones de vida con comodidades y placeres, y aún con su condición de pecadora

no escatimó esfuerzo alguno,

y dejando a un lado los problemas

y el que dirán

fue donde el maestro,

al enterarse que Jesús estaba en aquella casa de Simón el fariseo.

Ella no tenía otro propósito que no fuera el llegar a Jesús,

dejó a un lado sus comodidades,

era una mujer pudiente

pues trajo un frasco de alabastro con perfume,

lo que nos dice que tenía posibilidades de comprar, pues el perfume siempre ha sido caro.

Ella se humilló ante el maestro,

llorando y regando con lágrimas sus pies

y los enjugaba con su cabello,

sin importar que el cabello se le maltratara,

siendo el cabello algo de tanta envergadura para la mujer,

pero a ella no le importó

y enjugó osea secó los pies del maestro con sus cabellos

y ungió los pies de Jesús con el perfume,

representando esto la reverencia al maestro,

el dejar las cosas materiales a un lado

y buscar la bendición que ella tenía en su corazón de seguir al maestro,

también besaba los pies del maestro

dejando entrever su humillación profunda,

su arrepentimiento,

buscando las cosas que no se ven.

Ella sobrepasó todos los obstáculos

para conseguir su bendición

y hoy a esta hora vengo a decirte

que no mires las cosas que se ven,

que mires a Jesús,

sin importar los problemas,

los pecados,

las circunstancias que te agobian,

busca tu bendición

como esta mujer

y podrás salir victorioso o victoriosa

tal y como ella salió victoriosa,

pues dice la Biblia que Jesús

le perdonó sus pecados

y le otorgó la salvación

además le dió la paz que tanto buscaba,

tu puedes obtenerla

no mirando las cosas que se ven

sino las que no se ven en Cristo Jesús.

Dios te guarde


Héctor Paula

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