Dios les bendiga mis santos hermanos en Cristo y los amigos lectores!!!
Gracias Dios mío por cada lector, bendice de una manera especial, así como tú nos envías la lluvia, así mismo derrama bendiciones espirituales y materiales a cada uno de mis hermanos y amigos.
Nuestra lectura Bíblica de hoy:
Mat. 6: 19-20 "No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan"
Gracias Dios mío por tu Palabra, ellas nos dan la oportunidad de conocerte Jehová y entender el propósito de nuestras vidas que sin Cristo no somos nada. Espíritu Santo habla por medio de este mensaje escrito, primero a mi vida y luego a la de cada lector. Desata Dios mío sanidad divina y con autoridad del cielo reprendo al hombre fuerte, en el nombre de Jesús. Amén.
Hemos hablado en muchas ocasiones acerca de la ambición del hombre por el dinero, la fortuna, la fama y el poder.
Pero Pablo decía que no importaba que les hablara de las mismas cosas, es importante este tema pues constituye la esencia de la gente en términos de supervivencia,
es decir el dinero mueve todas las actividades comerciales en que se correlaciona todo ser humano.
Hemos dicho que desde pequeños nos preparamos para tener un futuro mejor y poder escalar una posición dentro de la sociedad
que nos dé una forma de vivir holgada
y por qué no, con comodidades, autos, jeepetas, fincas, etc.,
todo esto es como un sueño del ser humano.
El peligro es que cuando se ama al dinero, dice la Biblia que no se puede amar a dos amos a la vez,
amará a uno y aborrecerá al otro,
obviamente el amor al dinero implica separación del amor de Dios.
Dice la Biblia que la raíz de todos los males es el amor al dinero.
Por el amor al dinero se cometen muchas injusticias,
se cometen delitos, se cometen atracos, crímenes
y toda clase de maldades conllevan al ser humano
que no se sacia con lo que tiene,
sino que cada vez quiere más y más de lo que tiene.
El rico tiene puesta su mirada en su dinero, en sus bienes, en sus propiedades.
Conozco personas que son verdaderos esclavos del dinero.
Me acuerdo de un señor llamado Diógenes Marino Gómez el cual tenía una empresa turística llamada viajes dimargo,
con toda una estructura de dinero y de poder,
era todo un gran empresario,
todo un emporio turístico recuerdo que tenía este señor,
pero todos vimos como se desplomó este tesoro que tenía
y lo vimos con grandes dificultades económicas y financieras.
También fuimos testigos del Sr. Leonel Almonte,
todo un poder económico,
bancos, ventas de vehículos, bienes raíces,
este señor era lo que se llamaba un super-empresario
con dinero hasta para botar.
Con todo y sus problemas gozó de mi respeto, pues muchos padres de familia se sustentaban de sus empresas,
pero la ambición y el querer más,
lo llevó a la ruina,
no sin antes él dejar en la ruina a muchos ahorrantes,
muchos de los cuales murieron por la pena de perder sus ahorros de sus vidas,
pero pudimos ver como se desplomó este poder económico.
Hemos visto grandes empresas nacionales e internacionales que se desplomaron,
pudimos ver el desplome de Wal-Mart en varios estados,
vimos el desplome de NEDOCA,
vimos el desplome de Baninter,
vimos el desplome de EASTERN AIR LINES,
vimos el desplome de las grandes empresas de CORDE,
vimos el deplome de los carros Austin,
y así podríamos enumerar como se han caído poderes económicos mundialmente.
Y estoy seguro que de manera particular conoces muchos casos de personas poderosas económicamente,
que de repente se ven en la miseria.
Nuestra lectura bíblica dice que no hagáis tesoros en la tierra,
donde la polilla y el orín corrompen,
y donde los ladrones minan y hurtan.
Todos somos víctimas de los robos, atracos y bandalismo que abunda toda la faz de la tierra,
de alguna manera, directa o indirectamente hemos sido afectados por el robo,
porque si tenemos tesoros en la tierra,
probablemene un día serás objeto de un robo o un engaño
y en la generalidad de los casos
esos tesoros terrenales no te los podrás llevar el día que mueras,
todo se queda.
Por eso en esta hora vengo a decirte que hay un tesoro que nunca se desplomará,
que nunca quebrará,
un tesoro anhelado que sí podrás llevarte el día que partas de este mundo,
este tesoro está en los cielos,
todo lo que ahorres en este tesoro
será para vida eterna.
Por eso dice la Biblia que hagamos tesoros en el cielo,
donde ni la polilla ni el orín corrompen,
y donde los ladrones no minan ni hurtan,
por eso es que nosotros los cristianos cada día estamos más comprometidos con este evangelio de salvación,
por eso es que tu ves que decimos ALELUYA,
porque estas son de las promesas que tenemos.
Hay que invertir en el Reino de los Cielos
para que ese tesoro celestial crezca
y tengamos los galardones que Dios nos está reservando allá arriba
para los que hemos creído
y nos hemos apartado de este mundo de pecado y de maldad.
Como invierto en el Reino de los Cielos? te preguntarás,
y yo te digo que lo primero es convertirse a Cristo,
esta es tu libreta de ahorros,
este es tu pasaje,
tu visa
para ese viaje celestial donde los intereses crecerán
desde el primer día que aceptes a Cristo en tu corazón,
cada vez que predicas la Palabra estás haciendo un depósito grande en ese banco celestial
y cada vez que una alma viene a Cristo por tí,
se duplica, se triplica y se quintuplica tu depósito
y provocas fiestas en los cielos donde los ángeles,
los querubines,
los arcángeles,
los serafines,
los 24 ancianos,
los cuatro seres vivientes,
y todos los millones de millones de ángeles
celebran todos por esa alma que vino a los pies de Cristo
por medio a la predicación del evangelio que tu hiciste.
Cada vez que oras,
cada vez que ayunas,
cada vez que diezmas,
cada vez que ofrendas,
cada vez que eres humilde,
cada vez que amas
estarás haciendo depósitos en los bancos celestiales,
cada vez que escudriñas la Palabra de Dios
y eres hacedor de ella
estarás siendo un accionista de ese banco,
cada vez que le eres fiel a Dios y resistes las tentaciones,
estarás aumentando tus ahorros en ese banco celestial.
Por eso en esta hora vengo a decirte que no pierdas la oportunidad
ahora que vives,
ahora que respiras,
ahora que tienes la oportunidad de estar leyendo este mensaje,
ahora que Dios te permitió vivir otro día más,
no lo pienses más,
ven a Cristo y tu corazón estará
en los tesoros del cielo
y podrás alcanzar
EL TESORO MAS ANHELADO.
Dios te bendiga y te guarde
Héctor Paula
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