domingo, 2 de marzo de 2008

"UNA MISION POSIBLE"

Dios les bendiga mis hermanos y amigos lectores, que la paz de Jesucristo abunde y sobre abunde en sus corazones y que sepamos entender el propósito de Dios en las vidas de cada uno de nosotros.

Como siempre, estamos humillados ante la presencia de Dios para alabarle, Dios mío recibe mi adoración, eres digno de toda alabanza, toda la gloria y toda la honra son tuyas por los siglos de los siglos, bendecido sea tu nombre. Gracias infinitas por permitirme una vez más comunicarme con mis hermanos y amigos por este medio cibernético para edificación y bendición de todos y todas.

Nuestra lectura bíblica de hoy:

Apoc. 3:20 "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo"

Gracias Padre de la Gloria, gracias por tu Palabra Santa y Verdadera, permite padre que tu mensaje divino llegue a las almas de los lectores, ministra poderosamente Espíritu Santo y que todos podamos ser bendecidos por lo que tu nos dirás en este momento, sana los enfermos y levanta al caído en el nombre de Jesús. Reprendo todo espíritu de duda en el nombre de Jesús. Amén

Aprovecho esta ocasión para informarles que este lunes sale un tratado que Dios me permitió escribir y que el título es el mismo de este mensaje de hoy por lo que voy a compartirles parte del tratado, está precioso y se que ministrará muchas almas.

Lo primero que debo decirles es que todos ó casi todos hemos visto o escuchado acerca de la película "Misión Imposible".


Recuerdo que era una serie televisiva que muchos disfrutábamos y nos mantenía en gran espectativa. Se le encomendaba una misión a un grupo equipo de hombres y mujeres para que la llevaran a cabo y al instante de escuchar y ver las imágenes y el texto de la misión estos se autodestruían, por lo que les esperaba una gran misión que parecía imposible, pero que al fin de cuentas la ejecutaban con una gran acción, y situaciones verdaderamente arriesgadas y peligrosas pero ejecutaban esa misión.

Hoy en esta hora vengo a presentarte una misión posible, se trata de Jesús de Nazaret.

Jesús asumió la gran misión que Dios tenía para esta humanidad, una misiòn que parecía imposible pues el hombre y la mujer desde el principio de la creación se rebelaron contra Dios


y el pueblo de Israel que Dios le llamaba la niña de sus ojos,

también le fue rebelde por lo que Dios tenía la gran preocupación de lo que parecería una misión imposible:

la redención de su creación.

Es así como Jesús viene a la tierra a cumplir con esa misión posible, pues la Biblia establece que para Dios no hay nada imposible.

Jesús acepta el reto,


los sacrificios de corderos, palomillos, machos cabríos no podían redimir a la humanidad, y Dios estableció que para la remisión de los pecados del hombre tenía que haber derramamiento de sangre,

y la sangre de esos animales no era suficiente,

solo cubría el pecado

pero no lo podía vencer,

por lo que Jesús se convierte en el Cordero perfecto

y es así como Juan el bautista cuando vió que Jesús se acercaba dijo:

"He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo"

Jesús llevó nuestros pecados en la cruz para que por medio de su Sangre Preciosa nosotros podamos alcanzar la salvación que Dios tiene reservada para cada uno de nosostros y derrama su sangre por esa salvación.

La misión se cumple cuando al tercer día resucita y nos deja su evangelio, su Palabra que debe ser esparcida por toda la tierra.

Y esta es la gran misión cumplida: Tú tienes una preciosa alma que salvar.

Cristo la cumplió, y hoy te toca a ti tomar esta salvación gratuitamente, por eso Cristo te dice:

He aquí yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él, y él conmigo.

Que hermosa promesa, permite que Jesús entre a tu vida.

El tiempo se termina.

Ven a Cristo.

Dios te bendiga y te guarde

Atte.

Héctor Paula

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