Dios les bendiga mis hermanos en Cristo y amigos lectores todos!!!
Alabo a mi Dios con toda mi alma y con todo mi corazón, aún en medio de las dificultades y de las tormentas mi alma sigue alabando a Dios. Dios mío, redentor mío, tuya es la gloria y la alabanza por todos los siglos. Bendice Padre a cada lector y produce en nosotros un espíritu de búsqueda insesante de tí, y que cada día sepamos entregarte nuestras batallas. Estos son tiempos duros y peligrosos, y solo tú Padre de la gloria puedes protejernos de los dardos del diablo. Danos la sabiduría y convence a esta humanidad que cada día se aleja más de tí, convéncelos de pecado, juicio y justicia, en el nombre de Jesús, amén.
La lectura bíblica de hoy:
Rom. 11: 5
"Así también aun en este tiempo ha quedado un remanente escogido por gracia"
Gracias por tu Palabra, ellas son la meta, la verdad, el sendero por donde debemos transitar, gracias por esta Palabra santa y perfecta. Toma el dominio y el control de este mensaje Padre amado y que tu Espìritu Santo esté obrando de una manera especial en la vida de cada uno de nosotros, en el nombre de Jesús. Amén.
Parece un poco extraño el título de hoy.
Es una frase muy utilizada en nuestros medios al referirnos a alguien que no quiere aceptar la verdad y realidad de algo
y se escuda en su propia opinión.
Nosotros los humanos en nuestra condición de seres imperfectos
tendemos muchas veces a actuar de esta manera en una u otra circunstancia de nuestro diario vivir y obviamente es cotidiano el no querer ver las cosas
en una justa dimensión de verdad y justicia.
Nos hemos criado en la mayoría de los casos
en una sociedad la cual nos ha impuesto
las tradiciones, costumbres y los paradigmas,
los cuales nos han hecho seres dependientes de esos principios enarbolados por décadas.
Esto ha traido como consecuencia una sociedad
que ha puesto condiciones a su relación con Dios.
Dios ha tratado desde la creación con el hombre y la mujer,
y cada vez que ha pasado una dispensación
ocurre que el hombre es cada vez más desobediente
a los preceptos de Dios
y a la manera en que Él quiere que nosostros nos conduzcamos
en el paso de nuestras vidas por esta tierra.
El diablo se ha encargado de ministrar las cosas del mundo,
y lo ha hecho de una manera engañosa,
pues ha puesto en el corazón de la mayoría de los hombres
la búsqueda de los placeres y deleites
que ofrece la gloria de este mundo,
la cual pertenece al enemigo de las almas.
¿Y qué tenemos hoy?
Una sociedad sumergida en los placeres, en los disfrutes, en las glotonerías,
en las orgías, en la pornografía, en la bachata,
en el merengue, en el reguetón, en las bebidas,
en los entretenimientos, en los juegos, en los bonches,
en la televisión, en el cable, en la lascivia,
en la violencia, en la maldad, en la envidia,
en los más bajos sentimientos destructivos,
en la música, en sus ocupaciones,
en sus trabajos, en sus estudios,
en sus metas terrenales.
Este es el triste panorama que nuestro Dios está observando hoy en día
tal y como la observó en los tiempos de Noé, donde solo Noé, su familia y los animales se salvaron,
tal y como la vió en los tiempos de Sodoma y Gomorra, donde solo Lot y su familia se salvaron,
tal y como la vió en la tierra de Canaán donde solo se salvó Raab y su familia,
este es el panorama que tenemos hoy.
Por eso Elías cuando estaba atribulado en la cueva
y pensaba que ya no quedaban profetas
y no quería ni su propia vida
porque lo quería matar
y Dios le contestó:
Me he reservado sietemil hombres que no han doblado su rodilla delante de Baal.
Hoy Dios te dice amigo que me lees,
que estos tiempos son tiempos finales,
Cristo viene muy pronto,
por eso es que hay un remanente escogido por gracia,
no creas que lo que ves de mucha gente,
es lo que te va a salvar,
yo te presento a Cristo
para que puedas ser parte
de este remanente que se irá al cielo con Jesús.
Te presento el sacrificio de Jesús en la Cruz,
para que con esa preciosa sangre
tú puedas alcanzar la salvación.
Cristo te ama y te llama en esta hora
No te hagas el ciego,
atiende el llamado
el tiempo se termina,
recuerda que
NO HAY MAS CIEGO QUE AQUEL QUE NO QUIERE VER
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