miércoles, 14 de agosto de 2019

“UN SOLO CORDERO”



LECTURA BÍBLICA DE HOY:

Juan 1: 29, “EL SIGUIENTE DÍA VIO JUAN A JESÚS QUE VENÍA A ÉL, Y DIJO: HE AQUÍ EL CORDERO DE DIOS, QUE QUITA EL PECADO DEL MUNDO”

Gracias Dios mío por tu Palabra. Alabamos tu nombre, te bendecimos, te adoramos porque tuyo es el imperio, la majestad y la gloria por los siglos, te presento los lectores y lectoras, obra milagros en sus vidas, dale fuerzas al débil, sana al enfermo, cura las heridas y llévate toda depresión, en el nombre poderoso de Jesús. Amén.

MENSAJE:

Cuando era pequeño desde mi primera infancia hasta mi adolescencia me iba de vacaciones a Puerto Plata a casa de los abuelos y vivíamos a una esquina de la playa, por lo que gran parte de mis vacaciones me las pasaba dentro del mar.

Habían unos caracoles que en Puerto Plata le llaman Maquey, una especie de cangrejitos, pero con el caracol a cuestas, ellos caminaban en la arena y parecían caracolitos caminantes. Los pobrecitos estaban condenados a caminar con esa carga tan pesada a cuestas.

Así es el pecado que llevamos a cuestas, Dios lo vio y tuvo misericordia, porque anteriormente se había establecido la expiación del pecado por medio de la sangre derramada por animalitos, corderos, machos cabríos que el sumo sacerdote sacrificaba una vez al año.

Pero esa sangre no era suficiente para llevar el pecado, sólo podía cubrirlo, no provocaba un arrepentimiento genuino, y precisamente la expiación establecía que para poder existir la remisión de pecados tenía que haber derramamiento de sangre.

Los corderitos no alcanzaban el nivel de expiación suficiente y Dios entonces procede a enviarnos a su Hijo Unigénito y que Él fuera

“EL CORDERO ÚNICO”

Dios había agotado todos los recursos tratando con el hombre, pero por amor a su creación, que somos tú y yo, decide enviarnos ese Cordero Perfecto.

El plan de Dios es algo que nuestra mente humana no puede alcanzar a comprender, porque todo es producto de su diseño divino, y es así como Jesús, siendo Dios viene a la tierra hecho hombre, nacido de vientre humano, para que se produjera la remisión de los pecados en el hombre.

Jesús representa ese Cordero que se inmolaría por tí y por mí, derramando su Preciosa e Inmaculada Sangre en la Cruz del Calvario, para llevar mis pecados, tus pecados.

Es por eso que Juan el Bautista, cuando estaba a orillas del Jordán, vio que Jesús se acercaba a Él para ser bautizado y grande fue su asombro cuando vio al Maestro, “EL SIGUIENTE DÍA VIO JUAN A JESÚS QUE VENÍA A ÉL, Y DIJO: HE AQUÍ EL CORDERO DE DIOS, QUE QUITA EL PECADO DEL MUNDO”, Juan 1: 29.

Juan expresaba la gran realidad espiritual, Jesús nos compró a precio de Sangre, llevó nuestros pecados y por sus llagas hemos sido curados.

Hoy en día, en medio de las convulsiones que vemos a todos los niveles, hay que entender este sacrificio y su significado para tu vida eterna, para mi vida eterna.

Es lo único que podemos llevarnos de este mundo. Vamos a meditar profundamente en este sacrificio de Jesús.

Si no lo conoces , Él te llama y te ama, ven a Él !!!

Dios te bendiga !!!   
        
Héctor Paula.
Para la Gloria de Dios

No hay comentarios: