LECTURA
BÍBLICA DE HOY:
“A
JEHOVÁ DE LOS EJÉRCITOS, A ÉL SANTIFICAD; SEA ÉL VUESTRO TEMOR, Y ÉL SEA
VUESTRO MIEDO”, Isaías 8: 13.
Gracias
Jehová por tu Palabra Santa y Perfecta. Toca las almas, bendice los lectores y lectoras,
no permitas que ninguno, ninguna se pierdan, tráelos al redil de Cristo,
reprende toda fuerza contraria y glorifícate en el siguiente mensaje, en el
nombre de Jesús. Amén.
MENSAJE
*** EXHORTACIÓN *** REFLEXIÓN:
Estamos
viviendo tiempos en que la mayor parte de las personas han
sido tocados directa ó indirectamente por la violencia, la delincuencia, los
robos, los crímenes, los accidentes, etc., trayendo como consecuencia que el
temor haya hecho presencia importante en la gran mayoría.
Son
incontables los casos.
El
temor ha sido el denominador común en nuestros entornos, obviamente Dios está
enviando mensajes literales a este respecto.
Y
en esta hora, El quiere que nuestros temores desaparezcan, “BUSQUÉ A JEHOVÁ, Y
ÉL ME OYÓ, Y ME LIBRÓ DE TODOS MIS
TEMORES”, Salmos 34: 4.
Y
es que el perfecto amor de Jesús, echa fuera todo temor, “EN EL AMOR NO HAY
TEMOR, SINO QUE EL PERFECTO AMOR ECHA FUERA EL TEMOR”, 1ra. Juan 4: 18 a
El
único temor que nosotros podemos experimentar es el temor de Jehová.
Cuando
llevas el temor de Jehová a tu vida estás siendo sabio, sabia, pues El te
está mirando todo el tiempo, “EL TEMOR DE JEHOVÁ ES EL
PRINCIPIO DE LA SABIDURÍA, Y EL CONOCIMIENTO DEL SANTÍSIMO ES LA INTELIGENCIA”,
Proverbios 9: 10
El
temor de Jehová es el único
“TEMOR ACEPTABLE”
Sólo
a El debemos temer, “A JEHOVÁ DE LOS EJÉRCITOS, A ÉL SANTIFICAD; SEA ÉL VUESTRO
TEMOR, Y ÉL SEA VUESTRO MIEDO”, Isaías 8: 13.
Es
hora de sentir el Temor de Jehová en nuestras vidas, en nuestros hogares, en
nuestros trabajos, en nuestros ministerios.
Dios
está muy atento a esto.
Nos
está mirando aun queramos escondernos donde no debemos.
Jonás
quiso esconderse de Dios y tuvo que enfrentar las fauces de un gran pez, hasta
que sintió el temor de Jehová en el vientre de ese enorme pez, teniendo que ir
a predicar a Nínive, tal y como Dios se lo encargó.
No
esperes que Dios tenga que enviarte un gran pez.
Témele
a Dios en todo momento.
Dios
te guarde,
Héctor
Paula
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