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por: psicogeeg.com
LECTURA
BÍBLICA DE HOY:
“¡OH
SEÑOR JEHOVÁ! HE AQUÍ QUE TÚ HICISTE EL CIELO Y LA TIERRA CON TU GRAN PODER, Y
CON TU BRAZO EXTENDIDO, NI HAY NADA QUE SEA DIFÍCIL PARA TI”, Jeremías 32: 17.
Gracias
Dios mío por tu Palabra, gracias por las pruebas, gracias por tus
misericordias, te presento los lectores y lectoras, obra milagros en sus vidas,
inquiétalos en el silencio de la noche, protege sus hijos e hijas. Reprende al
devorador de almas y glorifícate en el siguiente mensaje, en el nombre de
Jesús. Amén.
No
es que exista un avivamiento de los problemas y dificultades, lo que existe es
una disminución significativa de la fe.
El
éxito de enfrentar las sorpresas que se nos presentan en el diario vivir, consiste
en entregarle todas nuestras aflicciones a Dios, porque la Biblia ha
establecido que no hay nada imposible para ÉL.
Sara
tenía una edad que era imposible dar a luz, pero Abraham creyó a Dios y esperó
la promesa, “¿HAY PARA DIOS ALGUNA COSA DIFÍCIL? AL TIEMPO SEÑALADO VOLVERÉ A
TI, Y SEGÚN EL TIEMPO DE LA VIDA, SARA TENDRÁ UN HIJO”, Génesis 18: 14.
En
el año que recién finalizó pasé por una terrible prueba, donde los gigantes de
las tinieblas querían aplastarme.
Pero
entregué todas mis batallas a Dios y hoy me declaro victorioso porque Cristo
estuvo conmigo pasando las aguas, y los ríos no me anegaron.
Esa
debe ser nuestra fe, aún
“POR
ENCIMA DE LO IMPOSIBLE”
Porque
para Dios no hay nada imposible, “PORQUE NADA HAY IMPOSIBLE PARA DIOS”, Lucas 1:
37.
Le
servimos a un Dios vivo y de poder. Debemos de procurar la fe sobrenatural,
pidiéndosela a Dios con súplica y ruego, a sabiendas de que el Espíritu Santo
no podrá actuar mientras no quitemos de nuestras vidas lo que no agrada a Dios.
Así
que, en estos tiempos postreros, vamos a pedirle a Dios que nos limpie de todo
impedimento, de toda impureza a fin de que podamos alcanzar el oportuno socorro
de la misericordia y de la gracia de Dios.
Entrégale
a Dios esa enfermedad, ese problema, esa deuda, esa dificultad creyendo que vas
a recibir el milagro en el tiempo de Dios, no en el tiempo tuyo.
Hoy
puedo decir que Dios ha hecho el milagro en mi vida y estoy dedicado a este
ministerio en espíritu y en verdad.
Tú
también puedes, en el nombre de Jesucristo.
Cristo
te ama y te llama,
Ven
a Él.
Dios
te guarde,
Héctor
Paula
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