jueves, 24 de julio de 2014

"EL PELIGRO DE JUZGAR"



Foto por: desacato.info
 

LECTURA BÍBLICA DE HOY:

 

ASÍ QUE, NO JUZGUÉIS NADA ANTES DE TIEMPO, HASTA QUE VENGA EL SEÑOR, EL CUAL ACLARARÁ TAMBIÉN LO OCULTO DE LAS TINIEBLAS, Y MANIFESTARÁ LAS INTENCIONES DE LOS CORAZONES; Y ENTONCES CADA UNO RECIBIRÁ SU ALABANZA DE DIOS”, 1ra. Corintios 4: 5

 

Gracias Padre Celestial por tu Palabra, gracias por tus misericordias, las cuales son nuevas cada mañana. Te presento los lectores y lectoras, líbralos de todo mal. Reprende al hombre fuerte y glorifícate en el siguiente mensaje, en el nombre de Jesús. Amén.

 

MENSAJE *** EXHORTACIÓN *** REFLEXIÓN:

 

Nos encontramos a diario con personas que les encantan juzgar a los demás.

 
Son unos expertos en enjuiciar, deliberar y condenar, casi siempre sin investigar a fondo los motivos que tuvo la persona ó personas a la cual ó cuales están acabando.

 
Solo Dios puede juzgar, porque nosotros no somos perfectos para juzgar.

 
Es por eso que la Palabra habla de ver primero la viga que se encuentra en nuestro ojo, para poder ver la paja del ojo de nuestro prójimo.

 
Hay que tener mucho cuidado con juzgar, porque la Palabra también establece que con la misma vara que juzguemos, seremos juzgados.

 
Tenemos que obedecer la Palabra de Dios, y hoy Él nos está alertando de

 

EL PELIGRO DE JUZGAR

 

Es mejor permanecer callados, antes de juzgar a nuestro hermano, a nuestra hermana.

 

No podemos estar atentos a los fallos de las personas que nos circundan, porque todos fallamos.

 

Dios nos habla claramente.  En estos tiempos finales debemos ser más tolerantes y no juzgar, “ASÍ QUE, NO JUZGUÉIS NADA ANTES DE TIEMPO, HASTA QUE VENGA EL SEÑOR, EL CUAL ACLARARÁ TAMBIÉN LO OCULTO DE LAS TINIEBLAS, Y MANIFESTARÁ LAS INTENCIONES DE LOS CORAZONES; Y ENTONCES CADA UNO RECIBIRÁ SU ALABANZA DE DIOS”, 1ra. Corintios 4: 5

 

Antes de señalar a alguien con tu dedo índice, observa que tres dedos te señalan a ti.

 

Es necesario controlar la lengua juiciosa.

 

Cristo te ama, ven a ÉL.

 

Dios te guarde,

 

Héctor Paula

 

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