Nuestra lectura bíblica:
2da Cor. 5: 1-2 " Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial"
Gracias Padre por tu Palabra, ella es el camino que nos conduce a la vida eterna en Cristo Jesus. Salva las almas, inquieta en el silencio de la noche, liberta al cautivo en el nombre de Jesús. Amén y amén.
Todos sabemos lo que es un túnel,
es un lugar regularmente dentro de la tierra el cual conduce de un lugar a otro,
ya sea para fines de desahogo vehicular,
ya sea en hidráulica, ya sea en minas.
El túnel es sinónimo de oscuridad,
de humedad,
de contaminación,
de tinieblas.
Infunde temor,
infunde ansiedad.
Cuando entramos a un túnel siempre queremos salir lo más pronto posible.
Me tocó una vez pasar por un túnel en Boston que pasaba por dentro de un río, y sinceramente que me sentí ansioso y verdaderamente temeroso hasta que llegamos al otro lado. Me imagino el túnel que comunica a Gran bretaña con Francia por el océano, debe ser algo impresionante, les digo con sinceridad que no me atrevería a cruzarlo.
La vida del ser humano se asemeja a un túnel cuando no conocemos a Jesús,
cuando no tenemos a Cristo en nuestras vidas,
todo transcurre como si estuviésemos en un túnel,
como si la vida es un gran túnel al cual tenemos que cruzar.
Y que lindo es cuando tu vas por un túnel y logras ver la luz al fondo,
logras ver el final del túnel,
esa luz de esperanza.
Y en esta hora te vengo a presentarte la luz al fondo del túnel: Jesús de Nazaret.
Y Él lo dice en su Palabra: Yo la luz he venido al mundo, para que todo aquel que cree en mi no permanezca en tinieblas.
Por eso te presentamos el texto bíblico que nos dice que si nuestra morada terrestre,
este tabernáculo,
se deshiciere,
tenemos de Dios un edificio,
una casa no hecha de manos,
eterna en los cielos,
esta es la gran promesa,
que cuando partamos de esta vida siendo cristianos verdaderos,
tendremos una vida eterna en Cristo,
que hermosas palabras de vida,
y sigue diciendo la palabra
que por eso también gemimos,
deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial,
esa gran habitación celestial que Dios tiene para los que nos hemos convertido a Cristo,
no para los que quieren vivir un evangelio a su manera,
esas moradas que Cristo fue a hacernos a los evangélicos,
están disponibles también para tí con solo recibir a Cristo en tu corazón.
Viviremos en la gran ciudad Celestial,
la nueva Jerusalén
donde no habrá más llanto
donde no habrá muerte,
donde no habra angustia,
todo para la esposa de Cristo,
ataviada de lino fino,
para la novia de Cristo de hoy,
la iglesia que se ha sabido separar de las cosas mundanas,
esta es la promesa,
esta es
LA LUZ AL FONDO DEL TUNEL,
Cristo te llama,
Cristo te dice en este momento que vengas a él,
que no importan tus pecados,
que no importan tus problemas,
Cristo te quiere como estás,
y déjame decirte que el Espíritu Santo será el que te irá transformando,
ni el Pastor, ni el evangelista te cambiará,
será el mismo Espíritu Santo quien ministrará tu vida,
no tengas temor de como vas a dejar tus placeres,
no le hagas caso a eso
el Señor hará la obra en tu vida y en tu familia.
Ven a la luz al fondo del túnel: Cristo Jesús, Señor y Salvador nuestro.
Cristo te ama.
Héctor Paula
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