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LECTURA BÍBLICA DE HOY:
"¡GENERACIÓN DE VÍBORAS! ¿CÓMO PODÉIS HABLAR LO BUENO, SIENDO MALOS? PORQUE DE LA ABUNDANCIA DEL CORAZÓN HABLA LA BOCA”, Mateo 12: 34
Gracias Dios mío por tu Palabra, obra sobre nuestras bocas, ayúdanos a controlar todo lo que sale de ellas para que las bendiciones prevalezcan sobre las maldiciones. Te presento a los lectores y lectoras, glorifícate poderosamente en sus vidas, impáctalos con tu Palabra. Reprende al devorador de las almas y háblanos en el siguiente mensaje, en el nombre de Jesús. Amén.
MENSAJE *** EXHORTACIÓN *** SERMÓN *** REFLEXIÓN:
No hay manera ni forma de separar lo que hablamos con lo que somos.
Nuestro hablar delatará lo que sentimos, y el mismo Jesús tuvo que decirle a los fariseos de una manera impactante el significado de lo que hablamos, “¡GENERACIÓN DE VÍBORAS! ¿CÓMO PODÉIS HABLAR LO BUENO, SIENDO MALOS? PORQUE DE LA ABUNDANCIA DEL CORAZÓN HABLA LA BOCA”, Mateo 12: 34.
Por tanto es hora de comprender la importancia de hablar como cristiano.
No hay que buscar a nadie para encasillarlo como creyente en Cristo ó como una persona más del montón, el hablar será el testimonio por el cual se regirá todo cristiano, toda cristiana.
En la medida en que una persona hable por su boca, en esa misma medida aparecerá un termómetro espiritual que nos indicará el grado de consagración que esa persona pueda tener en Cristo Jesús.
De lo contrario será uno más, porque hay muchas personas pretendiendo ser del redil, sin embargo de sus bocas salen maldiciones, engaños, fraude, vejación y maldad, “LLENA ESTÁ SU BOCA DE MALDICIÓN, Y DE ENGAÑOS Y FRAUDE; DEBAJO DE SU LENGUA HAY VEJACIÓN Y MALDAD”, Salmos 10: 7.
Obviamente debemos de saber que el hablar como cristiano, es un asunto del Espíritu Santo.
Por fuerza humana es imposible controlar la boca.
En eso tenemos que estar claros. Solo la presencia del Espíritu Santo en la vida espiritual de la persona es lo que determinar su hablar como cristiano, como cristiana.
Por eso es tan importante establecer una relación íntima con Jesús, para que podamos tener la persona del Espíritu Santo morando en nosotros y podamos testificar a los demás con las palabras que salen de nuestras bocas.
Y esto se logra orando, ayunando, obedeciendo la Palabra, congregándonos, separándonos de los rudimentos mundanos y clamando por la fe sobre-natural de Dios.
Entonces Dios nos pondrá el hablar en nuestra boca, “SEAN GRATOS LOS DICHOS DE MI BOCA Y LA MEDITACIÓN DE MI CORAZÓN DELANTE DE TI, OH JEHOVÁ, ROCA MÍA, Y REDENTOR MÍO”, Salmos 19: 14.
Con la boca también confesamos salvación.
La confesión significa hablarle a Cristo en voz alta.
Si no conoces a Jesús, puedes confesarle a Él para salvación, “PORQUE CON EL CORAZÓN SE CREE PARA JUSTICIA, PERO CON LA BOCA SE CONFIESA PARA SALVACIÓN”, Romanos 10: 10.
Si le fallamos a Dios, tenemos que confesarle en voz alta nuestros pecados.
El Señor es fiel y justo para perdonarnos, siempre y cuando le confesemos con nuestra boca, “SI CONFESAMOS NUESTROS PECADOS, ÉL ES FIEL Y JUSTO PARA PERDONAR NUESTROS PECADOS, Y LIMPIARNOS DE TODA MALDAD”, 1ra. Juan 1: 9.
La boca nos va a definir y no hay mejor concepto de lo que somos, por tanto,
“LA BOCA: TESTIMONIO INTERNO”
Ella es la que hablará lo que somos.
Vamos a atender nuestros caminos en Cristo para no pecar con la lengua.
Vamos a guardar nuestras bocas con freno, sobre todo cuando el inconverso esté delante nuestro, “YO DIJE: ATENDERÉ A MIS CAMINOS, PARA NO PECAR CON MI LENGUA; GUARDARÉ MI BOCA CON FRENO, EN TANTO QUE EL IMPÍO ESTÉ DELANTE DE MÍ”, Salmos 39: 1.
Vamos a bendecir con nuestra boca, y yo añado con el teclado, porque ahora tenemos la boca cibernética, que es lo mismo.
Vamos a alabar a Dios con nuestras bocas, “BENDECIRÉ A JEHOVÁ EN TODO TIEMPO; SU ALABANZA ESTARÁ DE CONTINUO EN MI BOCA”, Salmos 34: 1.
No podemos bendecir a Dios y al mismo tiempo maldecir a los hombres con nuestra boca, “CON ELLA BENDECIMOS AL DIOS Y PADRE, Y CON ELLA MALDECIMOS A LOS HOMBRES, QUE ESTÁN HECHOS A LA SEMEJANZA DE DIOS”, Santiago 3: 9
Dios mío, ayúdanos a controlar nuestras bocas y nuestros teclados, en el nombre de Jesucristo.
Dios te guarde,
Héctor Paula
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