LECTURA
BÍBLICA DE HOY:
“PARA
QUE SEÁIS IRREPRENSIBLES Y SENCILLOS, HIJOS DE DIOS SIN MANCHA EN MEDIO DE UNA
GENERACIÓN MALIGNA Y PERVERSA, EN MEDIO DE LA CUAL RESPLANDECÉIS COMO LUMINARES
EN EL MUNDO”, Filipenses 2: 15.
Gracias
Dios mío por tu Palabra, perdona nuestras ofensas, perdona nuestras
debilidades, danos fuerzas de lo alto para poder seguir perseverando hasta el
fin, gracias por tu Hijo Amado Jesús, gracias por esa inmaculada Sangre que Él derramó
por cada uno de los lectores y lectoras y por mí. Reprende al devorador de
almas y glorifícate en el siguiente mensaje, en el nombre de Jesús. Amén.
MENSAJE
*** EXHORTACIÓN *** SERMÓN *** REFLEXIÓN:
Definitivamente
nos encontramos ante hechos que hace años atrás no nos imaginaríamos que
ocurrirían.
Si
a usted le hubiesen dicho veinte años atrás que un congresista demócrata de los
Estados Unidos se casa con otro hombre, que el gobernador del estado de
Massachusetts ofició la ceremonia nupcial y que el presidente de ese país
expresara públicamente su apoyo al matrimonio gay, sencillamente usted no lo
hubiese creído.
Estamos
en el clímax de la maldad y la perversidad, y no hay que ser un erudito, ni un
científico para poder convencerse de que estamos viendo cosas que nos dejan
horrorizados y que el mundo se está conduciendo hacia un derrotero incierto y
peligroso.
Obviamente,
Dios tiene el control de todo y ha dejado establecido que el único camino para
poder salir victorioso de las terribles cosas que se acercan es a través de
Jesús.
Pero
el hombre y la mujer en su gran mayoría se han ido en pos de caminos fuera de
la gracia de Dios y se han apertrechado en sus consideraciones particulares, en
sus maldades y en sus deseos carnales.
Y como no han querido creer en lo que Dios establece en la Biblia, cuando venga la gran tribulación, Él les enviará un poder engañoso, para que crean la mentira, ya que no creyeron a la verdad de Cristo, “POR ESTO DIOS LES ENVÍA UN PODER ENGAÑOSO, PARA QUE CREAN LA MENTIRA, A FIN DE QUE SEAN CONDENADOS TODOS LOS QUE NO CREYERON A LA VERDAD, SINO QUE SE COMPLACIERON EN LA INJUSTICIA”, 2da. Tesalonicenses 2: 11-12.
Jesús
volverá otra vez, de esto no se puede tener ningún tipo de duda, y si no lo
cree, mire lo que les dijeron los dos ángeles a los varones galileos que
observaban a Jesús cuando era tomado de nosotros al cielo, “LOS CUALES TAMBIÉN
LES DIJERON: VARONES GALILEOS, ¿POR QUÉ ESTÁIS MIRANDO AL CIELO? ESTE MISMO
JEJSÚS, QUE HA SIDO TOMADO DE VOSOTROS AL CIELO, ASÍ VENDRÁ COMO LE HABÉIS
VISTO IR AL CIELO”, Hechos 1: 11.
Obviamente,
Jesús no vendrá con relación al pecado, a eso vino Él hace más de dos mil años,
vendrá a juicio y a salvar a los que en Él esperamos, “ASÍ TAMBIÉN CRISTO FUE
OFRECIDO UNA SOLA VEZ PARA LLEVAR LOS PECADOS DE MUCHOS; Y APARECERÁ POR
SEGUNDA VEZ, SIN RELACIÓN CON EL PECADO, PARA SALVAR A LOS QUE LE ESPERAN”,
Hebreos 9: 28.
Nos
encontramos en medio de una sociedad, que en su mayoría ha rechazado el llamado
de Cristo y los que perseveramos nos encontramos, prácticamente
“ENTRE
LO MALIGNO Y LO PERVERSO”
Solo
tenemos que ver las noticias. Estamos en un grado de intolerancia alarmante,
donde la vida de un ser humano pende de un hilo por cualquier tontería de un
violento ó de una violenta que se cree con derecho a quitarnos la vida.
Estamos
a expensas de un peligro inminente.
¿Qué
nos queda entonces?
Lo
que Dios establece en su Palabra.
Que
seamos irreprensibles y sencillos.
Que
seamos hijos de Dios sin mancha.
Que
resplandezcamos como luminares en el mundo, en medio de una generación maligna
y perversa, “PARA QUE SEÁIS IRREPRENSIBLES Y SENCILLOS, HIJOS DE DIOS SIN
MANCHA EN MEDIO DE UNA GENERACIÓN MALIGNA Y PERVERSA, EN MEDIO DE LA CUAL
RESPLANDECÉIS COMO LUMINARES EN EL MUNDO”, Filipenses 2: 15.
El
que tenga oídos espirituales, oiga lo que el Espíritu Santo nos habló a todos
en este mensaje de estos tiempos.
Vamos
a tomar con humildad lo que nos toca a cada uno de nosotros y prosigamos
librando esta batalla de la fe, para poder alcanzar misericordia en aquel día
ineludible para todos.
Vamos
a pelear nuestra salvación tan grande, sabiendo que en Cristo somos más que
vencedores y tienes que declararte vencedor, vencedora por encima de toda
circunstancia, de toda enfermedad, de toda deuda, de todo problema, “TODO LO
PUEDO EN CRISTO QUE ME FORTALECE”, Filipenses 4: 13.
Dios
te guarde,
Héctor
Paula
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