Foto por:
bombasoju.wordpress.com
Gracias Dios mío por tu
Palabra. Te presento a los lectores y lectoras, sana los enfermos, cierra las
heridas materiales y espirituales, obra milagros en sus vidas, levanta al
caído, liberta al cautivo. Reprende toda malicia y glorifícate en el siguiente
mensaje, en el nombre de Jesús. Amén.
MENSAJE *** EXHORTACIÓN
*** SERMÓN *** REFLEXIÓN:
Estamos rodeados de
situaciones adversas las cuales tienden a alterar nuestro estado anímico y
obviamente nos conducen a ira y enojo.
Los estudiosos de la
conducta humana han hecho esfuerzos extraordinarios para tratar la ira en las
personas.
Este es un problema real,
un problema actual que ha arropado gran parte del planeta en todos los órdenes.
Si usted es una persona
que sabe manejar la ira, debo decirle que es una persona afortunada, porque los
grandes problemas radican en la ira desenfrenada.
Dios ha tenido siempre
misericordia con el hombre y en esa tesitura nos ha dado pautas a fin de poder
dominar la ira.
La ira nos separa de la
salvación, es lo que nos está diciendo, “PORQUE LA IRA DEL HOMBRE NO OBRA LA
JUSTICIA DE DIOS”, Santiago 1: 20.
La ira es como una
tempestad que se lleva todo a su paso.
Cuando nos dejamos arrastrar por ella la razón no prevalece, sino que
surgen los instintos malignos y contenciosos.
Si no logramos manejar la
ira, estaremos irreversiblemente abocados al fracaso.
Pero no podemos manejarla
por nuestra fuerza humana, porque la ira es una parte del conjunto de las obras
de la carne, y que son manifiestas ante los que nos rodean, “Y MANIFIESTAS SON
LAS OBRAS DE LA CARNE, QUE SON: ADULTERIO, FORNICACIÓN, INMUNDICIA, LASCIVIA,
IDOLATRÍA, HECHICERÍAS, ENEMISTADES, PLEITOS, CELOS, IRAS, CONTIENDAS,
DISENSIONES, HEREJÍAS”, Gálatas 5: 19-20.
Es hora de entregar
nuestra ira a Dios.
Vamos a clamar por esa
ira que nos arropa en ocasiones.
Hay que orar firmemente
para que Dios sea el que nos quite la ira.
Tampoco provoquemos a ira
a nuestros hijos, “Y VOSOTROS, PADRES, NO PROVOQUÉIS A IRA A VUESTROS HIJOS,
SINO CRIADLOS EN DISCIPLINA Y AMONESTACIÓN DEL SEÑOR”, Efesios 6: 4.
Ven a Él en esta hora,
Dios te guarde,
Héctor Paula.