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LECTURA
BÍBLICA DE HOY:
“VANIDAD
DE VANIDADES, DIJO EL PREDICADOR; VANIDAD DE VANIDADES, TODO ES VANIDAD”,
Eclesiastés 1: 2.
Gracias
Dios mío por tu Palabra, gracias por tus misericordias que son nuevas cada
mañana. Te presento a los lectores y lectoras, obra milagros y prodigios en sus
vidas, sana al enfermo, levanta al débil, liberta al cautivo. Reprende toda
obra de las tinieblas y glorifícate en el siguiente mensaje, en el nombre de
Jesús. Amén.
MENSAJE
*** EXHORTACIÓN *** SERMÓN:
El
gran problema de la vanidad es que entra en la vida del ser humano de una
manera sutil, silenciosa e inofensiva en apariencia.
La
vanidad se oculta y no permite que la persona se dé cuenta de su presencia.
Ella
es peligrosa, posesiva, absorbente y envolvente.
La
vanidad toma control de muchas acciones de las personas a las que abraza.
Ejerce
un poder inexplicable exaltando la altivez, la arrogancia, el orgullo y el
egoísmo de los vanidosos, de las vanidosas.
David
expresaba su aborrecimiento sobre los que esperan en vanidades, “CIERTAMENTE
ABORREZCO A LOS QUE ESPERAN EN VANIDADES ILUSORIAS; MAS YO EN JEHOVÁ HE
ESPERADO”, Salmos 31: 6.
La
vanidad es muy mala consejera y muy peligrosa compañera.
A
Dios no le agrada, por tanto aléjate de toda vanidad, “NO OS APARTÉIS EN POS DE
VANIDADES QUE NO APROVECHAN NI LIBRAN, PORQUE SON VANIDADES”, 1 Samuel 12: 21.
La
vanidad va consumiendo la vida espiritual de las personas.
Y
lo más grande es que cuando la persona está contagiada de ese terrible mal,
llamado vanidad, la verdadera felicidad se aleja, porque siempre querrá
sobresalir por encima de los demás, y siempre querrá competir con tener lo
mejor y esto es un terrible círculo vicioso que no te dejará ser libre.
Es
por eso que Dios está muy preocupado por la vanidad que ha permeado en casi
todo el globo terráqueo.
Y
yo agrego humildemente,
“¡OH
VANIDAD!”
Cuán
destructiva eres !!!
Vamos
a poner mucha atención a este mensaje de hoy, porque a veces no nos damos
cuenta cuando hemos sido atrapados por la silente vanidad, “ESTO, PUES, DIGO Y
REQUIERO EN EL SEÑOR: QUE YA NO ANDÉIS COMO LOS OTROS GENTILES, QUE ANDAN EN LA
VANIDAD DE SU MENTE”, Efesios 4: 17.
Jesús
quiere expresarnos el significado de la vanidad, y quiere que nos alejemos de
ella.
Dile
“NO” a la vanidad, porque todo es vanidad, como dijo el predicador de
Eclesiastés, “VANIDAD DE VANIDADES, DIJO EL PREDICADOR; VANIDAD DE VANIDADES,
TODO ES VANIDAD”, Eclesiastés 1: 2.
La
humildad es la más profunda virtud que agrada a Dios y que nos acerca más a una
íntima relación con el Espíritu Santo.
Jesús
te ama y te llama,
Ven
a Él,
Dios
te guarde,
Héctor
Paula
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