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por: arcauniversal.com.ar
LECTURA
BÍBLICA DE HOY:
“ES
NECESARIO QUE ÉL CREZCA, PERO QUE YO MENGÜE”, Juan 3: 30.
Gracias
Dios mío por tu Palabra Santa y Perfecta. Gracias por concedernos el privilegio
de leerla, danos la sabiduría de lo alto para que seamos hacedores de la
Palabra. Aumenta nuestra fe, santifícanos y quita de nuestras vidas toda
escoria, todo impedimento que nos quite la comunión contigo Padre Amado.
Reprende toda fuerza de las tinieblas y glorifícate en el siguiente mensaje, en
el nombre de Jesús. Amén.
MENSAJE
*** EXHORTACIÓN *** REFLEXIÓN:
Uno
de los principales problemas con que tenemos que luchar los seres humanos, lo
constituye nuestro carácter.
Estamos
viendo la gran cantidad de hechos de violencia, y todo radica en nuestro
carácter.
El
carácter es una fuerza indetenible, que solo la voluntad, el racioncinio y el
sentido común pueden controlar, esto es en términos humanos.
La
Biblia obviamente nos da esa transformación, porque el Espíritu Santo se revela
en la Palabra a nuestro interior y la Sangre de Cristo provoca en nosotros un verdadero
quebrantamiento de nuestro carácter.
Juan
el Bautista entendió perfectamente esta exposición que les acabo de dar.
Pero
ahora, Juan el Bautista ya había sido impactado por la presencia de Jesús, y su carácter ya va cambiando,
ahora les dice: “VOSOTROS MISMOS ME SOIS TESTIGOS DE QUE DIJE: YO NO SOY EL
CRISTO, SINO QUE SOY ENVIADO DELANTE DE ÉL”, Juan 3: 28.
Dios
quiere que tú y yo dobleguemos ese carácter que a veces nos domina y nos hace
pecar por la ira.
Jesús
quiere
Juan
el bautista ya estaba consciente de lo que esto significaba, y externó su
humillación ante el Maestro, “ES NECESARIO QUE ÉL CREZCA, PERO QUE YO MENGÜE”,
Juan 3: 30.
Es
hora de que nosotros mengüemos y que el grande sea Jesús.
Tenemos
que vivir este evangelio en espíritu y en verdad, esto no es un jueguito de
religión.
Esta
es la gran reflexión que Dios nos ha traído en esta hora, vamos a permitir que
el Espíritu Santo mengüe nuestro carácter, porque por fuerza propia no
podremos.
Vamos
a humillarnos más, vamos a dejar un poco esas vanidades, porque Cristo ya está
a las puertas, y su venida está más cercana que nunca.
Dios
les guarde,
Héctor
Paula
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