miércoles, 12 de agosto de 2009

"ASI COMO SEMBRAMOS UN ARBOL..."


Foto por: ezapatatabasco.gob.mx

NOTA: ESTOY DE VIAJE ESTE FIN DE SEMANA DESDE EL JUEVES HASTA EL SABADO, POR LO QUE EL MENSAJE DEL VIERNES NO PODRÁ SALIR. ESPERO ME EXCUSEN. EL DEL LUNES SI DIOS QUIERE VIENE MUY BUENO EN EL NOMBRE DE JESUS. DIOS LES BENDIGA.

¡¡¡ Dios les bendiga rica y poderosamente !!!

Nuestra lectura bíblca de hoy: Gálatas 6: 7, "NO OS ENGAÑÉIS; DIOS NO PUEDE SER BURLADO: PUES TODO LO QUE EL HOMBRE SEMBRARE, ESO TAMBIÉN SEGARÁ"

MENSAJE:

Desde pequeño siempre escuchaba que todo hombre debería de escribir un libro y sembrar un árbol para poder completar nuestra misión terrenal, aparte de tener una profesión y una familia.

Era lo que más nos inculcaban en esos años. Y no es menos cierto que todos debemos sembrar un árbol, pues nuestras tierras se están agotando, se han cortado miles de árboles provocando una deforestación desproporcionada.

En cada árbol que sembramos tenemos la esperanza de poder obtener una cosecha.

Si siembras un árbol de mango, obtendrás mangos, si siembras un árbol de aguacate, obtendrás aguacates, si siembras un árbol de laurel, obtendrás una copiosa sombra.

Sembramos para obener una determinada cosecha.

De esa misma forma en nuestra vida cotidiana, lo que sembremos, eso vamos a cosechar.

Obviamente que se encierran otros detalles, no menos importantes en lo que respecta básicamente al matrimonio.

El matrimonio constituye el blanco prioritario del enemigo de las almas.

El enemigo sabe que un matrimonio colapsado va a producir una familia colapsada y obviamente se producirá una sociedad distorsionada con resultados de violencia, delincuencia y desobediencia.

Las parejas tenemos el gran reto de entender que el matrimonio hay que salvarlo, pues este es el legado que Dios nos ordenó, y por tanto hay que procurar evitar su rompimiento.

Cuando una de las parejas siembra amor, deberá cosechar amor. De la misma forma que sembramos un árbol, así debemos sembrar para nuestro matrimonio el amor, la paz y la comrensión.

Obviamente que no podemos sembrar sin echarle abono, agua y yerbicidas a la plantita mientras crece. Si no lo hacemos así, es posible que los frutos sean enclenques, descoloridos y ni siquiera puedan ser ingeridos.

Lo único que puede abonar la siembra espiritual en nuestro matrimonio se llama Jesús de Nazaret.

Tan pronto recibes a Jesús en tu corazón y lo haces el eje de tu hogar, es cuando se abona el amor, es cuando se moja la tierra de la paz, es cuando se aplica el yerbicida a los demonios y a las fuerzas de las tinieblas que se roban la unión matrimonial.

Es por eso que nuestra palabra de hoy nos exhorta a sembrar el bien, "NO NOS CANSEMOS, PUES, DE HACER BIEN; PORQUE A SU TIEMPO SEGAREMOS, SI NO DESMAYAMOS", Gálatas 6: 9.

Pero tenemos un detalle importante. Siempre recordemos los detalles en toda actividad que realicemos.

Este detalle lo constituye el hecho de que el matrimonio es asunto de dos.

Muchas veces una de las parejas está en la actitud de sembrar para bien, pero si la otra pareja no está consciente de lo que significa esto, entonces nuestra siembra será en vano, es como si sembráramos en el desierto.

Me explico. Los problemas siempre surgen en el hogar. Las dificultades, las difencias siempre se van a presentar.

Como seres humanos podemos fallar.

El detalle más importante es que esa relación de pareja no puede valorarse en base a las fallas de nuestro cónyuge

Si su relación de pareja se basa en las fallas de su cónyuge, entonces irremediablemente, el matrimono colapsará.

¿Sabes por qué?, porque somos imperfectos, todos fallamos en una u otra medida.

Lo importante es establecer el porcentaje de falla de nuestra pareja. Si nuestra pareja es un 95% bueno o buena, entonces debemos apreciarla, debemos apreciarlo.

Una persona 95% buena no puede minimizarse porque tenga un 5% imperfecta. Y aquí es donde está el detalle, que muchas parejas solo ven el 5% malo y entonces por más amor que usted siembre, llega el día en que todo vuelve para atrás, pues su cónyuge solo está atenta o atento a lo que usted falle.

Y todos fallamos, escúchelo bien, todos fallamos.

El éxito de un matrimonio se basa en tolerar ese 5% y orarle a Dios para que obre, para que fortalezca la vida espiritual de nuestro cónyuge en ese 5% malo.

Siempre va a existir el 5% malo, por lo menos puede presentarse, pues no somos perfectos.

Ahora bien si su cónyuge es 95% malo y solo un 5% bueno entonces la cosa cambia. La situación es extremadamente grave. Aunque para Dios no hay nada imposible, solo un milagro de Dios puede lograr salvar dicho matrimonio.

Tenemos que sembrar para el espíritu. Dios no puede ser burlado. Tenemos que sembrar amor para cosechar amor. No podemos sembrar para la carne, pues el resultado será corrupción, "NO OS ENGAÑÉIS; DIOS NO PUEDE SER BURLADO: PUES TODO LO QUE EL HOMBRE SEMBRARE, ESO TAMBIÉN SEGARÁ. PORQUE EL QUE SIEMBRA PARA SU CARNE, DE LA CARNE SEGARÁ CORRUPCIÓN", Gálatas 6: 7-8.

"ASI COMO SEMBRAMOS UN ÁRBOL..."

Así mismo debemos de sembrar en nuestras vidas, para poder cosechar buenos frutos y poder llegar a la meta que todo hombre y toda mujer debe aspirar a llegar: Un encuentro con nuestro Señor Jesucristo, el cual nos dará la cosecha de la vida eterna en Cristo y salvará nuestro matrimonio.

Jesús te ama,

Ven a Él,

Dios te guarde,

Héctor Paula

No hay comentarios: