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por: oraciones.blogspot.com
LECTURA
BÍBLICA DE HOY:
“PORQUE
SI LA SANGRE DE LOS TOROS Y DE LOS MACHOS CABRÍOS, Y LAS CENIZAS DE LA BECERRA
ROCIADAS A LOS INMUNDOS, SANTIFICAN PARA LA PURIFICACIÓN DE LA CARNE, ¿CUÁNTO
MÁS LA SANGRE DE CRISTO, EL CUAL MEDIANTE EL ESPÍRITU ETERNO SE OFRECIÓ A SÍ
MISMO SIN MANCHA A DIOS, LIMPIARÁ VUESTRAS CONCIENCIAS DE OBRAS MUERTAS PARA
QUE SIRVÁIS AL DIOS VIVO?”, Hebreos 9: 13-14.
Gracias
Jehová por tu Palabra, gracias por la Sangre Preciosa de Jesús, derramada para
nosotros poder optar por el perdón de los pecados y nuestra redención. Reprende
al devorador de almas y glorifícate en el siguiente mensaje, en el nombre de
Jesús. Amén.
MENSAJE
*** EXHORTACIÓN *** REFLEXIÓN:
La
sangre constituye toda la energía, todos los elementos nutricionales y el
oxígeno que necesitan las células de nuestro cuerpo para que éste pueda
subsistir.
Ella
recorre todo el organismo, saliendo del corazón y llevando vida a cada órgano,
a cada músculo, a cada elemento de nuestro organismo, así como al cerebro, para
que éste pueda gobernar todos los sistemas que componen el cuerpo humano.
La
sangre tiene un significativo espiritual de primer orden.
Desde
los primeros tiempos bíblicos, Dios dejó bien claro que, para poder existir remisión,
osea perdón sobre el pecado, tenía que haber derramamiento de sangre, “Y CASI
TODO ES PURIFICADO, SEGÚN LA LEY, CON SANGRE; Y SIN DERRAMAMIENTO DE SANGRE NO
SE HACE REMISIÓN”, Hebreos 9: 22.
El
sumo sacerdote, una vez al año reunía al pueblo en el Tabernáculo, y se
derramaba sangre de machos cabríos, de corderos, de palominos, sobre el pueblo.
Pero
esta sangre solo podía cubrir el pecado, no producía arrepentimiento, pues era
solo un ritual que se ejecutaba muy rigurosamente apegado a la ley de Moises.
Luego
de transcurrir cuatrocientos años sin comunicarse
con el pueblo, es que Dios decide enviar a su Hijo Amado Jesús a la tierra para
poder derramar una sangre que pudiera producir un verdadero arrepentimiento en
la humanidad.
Y
Jesús ejerce su Ministerio en la Tierra a fin de poder sacrificarse, derramando
su Preciosa e Inmaculada Sangre en una terrible cruz para convertir esa Sangre
en el único medio que podemos ser redimidos, lavados de todo pecado.
Este
sacrificio de Jesús nos deja la
“SANGRE
QUE VIVIFICA”
La
Sangre de Jesús que nos lleva a vida eterna, “EL QUE COME MI CARNE Y BEBE MI
SANGRE, TIENE VIDA ETERNA; Y YO LE RESUCITARÉ EN EL DÍA POSTRERO”, Juan 6: 54.
Esta
Sangre Preciosa de Jesús, es la que nos acerca a El, “PERO AHORA EN CRISTO
JESÚS, VOSOTROS QUE EN OTRO TIEMPO ESTABAIS LEJOS, HABÉIS SIDO HECHOS CERCANOS
POR LA SANGRE DE CRISTO”, Efesios 2: 13.
Jesús
se constituyó en el Cordero Perfecto que derramó su Sangre para que podamos
alcanzar salvación, Juan el bautista lo resaltó cuando vio que Jesús se
acercaba a él, “EL SIGUIENTE DÍA VIO JUAN A JESÚS QUE VENÍA A ÉL, Y DIJO: HE
AQUÍ EL CORDERO DE DIOS, QUE QUITA EL PECADO DEL MUNDO”, Juan 1: 29.
No lo rechaces más.
Dios te guarde,
Héctor Paula
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