LECTURA BÍBLICA DE HOY:
1ra. de Juan 2: 28, “Y AHORA
HIJITOS, PERMANECED EN ÉL, PARA QUE CUANDO SE MANIFIESTE, TENGAMOS CONFIANZA,
PARA QUE EN SU VENIDA NO NOS ALEJEMOS DE ÉL AVERGONZADOS”
Gracias Dios mío por tu Palabra. Gracias
por la vida de los lectores y lectoras, glorifícate en cada uno de ellos y
ellas, ilumina sus caminos, guíalos por senderos de paz y amor, impáctalos con
tu mensaje y que esta Palabra germine en sus corazones, en el nombre de Jesús. Amén.
MENSAJE:
Existen
maratones muy famosos como el de Boston, Nueva York, Berlín, París, Londres,
Tokyo, Chicago, Barcelona, Valencia y Atenas.
Lo más
interesante de los maratones es que reflejan paralela y simbólicamente la
carrera diaria que nos toca vivir sobre la tierra a cada uno de nosotros.
En el
maratón hay que prepararse para la carrera y cuando ya la estás recorriendo no
puedes dejarla, no puedes mirar para atrás, tienes que continuar ardua y
tesoneramente hasta el final.
Eso es
nuestra vida, nacemos, nos criamos, nos preparamos en una carrera, sea cual
sea, entonces a recorrer el camino de la lucha diaria, del mirar hacia adelante, dentro del marco del sudor y el esfuerzo.
Aunque nos queda entender en la vida
que recorremos, lo que puede significar
el
“PERMANECER HASTA EL FINAL”
Científicamente no se ha podido
comprobar en términos seculares el significado de lo que es permanecer hasta el
final.
El final es incierto en el mundo
material, muchas teorías, pero no existe evidencia alguna del final,
porque el final de una persona pudiera
ser su desaparición física del mundo, pero después de ahí, la ciencia se ha quedado
corta.
Dios le puso límites al hombre, y ahí
existe uno de los límites que ha dejado atados a los científicos.
Ahora bien, Dios sí nos define todo
lo relativo al fin, tanto en la individualidad del hombre como en las
inmensidades del mundo y el universo.
Jesús hablo muy claro, cuando habló
de lo que significa el estado post mortem, o sea, después de la muerte física del
creyente específicamente, “LE DIJO JESÚS: YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA; EL
QUE CREE EN MÍ, AUNQUE ESTÉ MUERTO VIVIRÁ”, Juan 11: 25.
Y eso a mí me marcó desde que me
convertí al evangelio de Jesucristo. No existe nada en el mundo que me haya
contestado todas mis preguntas que ese pasaje.
Y lo que Dios nos trae en esta hora
es que debemos de permanecer en Jesús, como en la carrera del maratón,
permanecer sin echar para atrás, no importa que usted haya sido lo que haya
sido en el pasado.
Aquí lo que importa ahora es que
permanezcamos firmes en Cristo, en esta carrera del evangelio, no en la carrera
del mundo, en la carrera del camino estrecho que nos va a llevar a vida eterna.
Esa es la gran exhortación que Dios
nos trae, vamos a permanecer firmes hasta el final.
Y así cuando Jesús se manifieste
podamos tener confianza y no tengamos que irnos avergonzados en su venida, si no permanecemos en este evangelio, “Y
AHORA HIJITOS, PERMANECED EN ÉL, PARA QUE CUANDO SE MANIFIESTE, TENGAMOS
CONFIANZA, PARA QUE EN SU VENIDA NO NOS ALEJEMOS DE ÉL AVERGONZADOS”, 1ra. Juan
2: 28.
Dios nos va a sellar el éxito de
llegar a la meta, sólo si perseveramos hasta el fin, “MÁS EL QUE PERSEVERE
HASTA EL FIN, ÉSTE SERÁ SALVO”, Mateo 24: 13.
El que tenga oídos espirituales, oiga
lo que el Espíritu Santo nos habló a todos y todas en esta hora.
Dios te bendiga !!!
Héctor Paula.
Para la Gloria de
Dios
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