lunes, 14 de enero de 2019

“VALIÓ LA PENA”



LECTURA BÍBLICA DE HOY:

Isaías 25: 9, “Y SE DIRÁ EN AQUEL DÍA: HE AQUÍ, ÉSTE ES NUESTRO DIOS, LE HEMOS ESPERADO, Y NOS SALVARÁ; ÉSTE ES JEHOVÁ A QUIEN HEMOS ESPERADO, NOS GOZAREMOS Y NOS ALEGRAREMOS EN SU SALVACIÓN”

Gracias Dios mío por tu Palabra. Gracias por tu Gracia, gracias por la Sangre Preciosa y Redentora de tu Hijo Amado Jesús, gracias por tu amor, que sin nosotros merecerla, nos diste la oportunidad de la salvación por esa Sangre, permite que los que no te conozcan vengan a tu Redil, en el nombre de Jesús. Amén.

MENSAJE:  

En nuestro diario vivir pasamos por la experiencia de esperar cosas, acontecimientos, fechas, eventos.

Siempre estamos a la espera de algo. Recuerdo cuando era un adolescente, crecí esperando el momento de montarme en un avión, ese era un sueño que tuve durante todo ese trayecto de mi vida, hasta que viajé por primera vez en avión en el año 1985 a Puerto Rico.

Fue una espera maravillosa, porque esa primera vez, para mí fue un acontecimiento. De ahí en adelante, en la empresa que trabajaba, siguieron los viajes, recuerdo que mi siguiente viaje fue a Miami, y cada vez se iban haciendo más frecuentes los viajes.

Transcurrieron varios años, eran viajes, que en ocasiones tenía que tomar tres aviones en un día, recuerdo el viaje a Minneapolis, Minessota, tres aviones el mismo día, recuerdo el de Ohio, tres aviones el mismo día, recuerdo el de Seattle, tres aviones el mismo día, hubo un día que viajé a Miami en el primer vuelo y regresé el mismo día en el último vuelo de American.

Llegó el momento en que odié los aviones, ya no quería tomar un avión más, mi último viaje fue a Puerto Rico a finales del 2015 y fue en el Ferry.

Les hago ese relato, porque las esperas en nuestras vidas, son importantes, pero se agotan, terminan, prescriben.

Ahora bien, hubo una espera, que es la única espera que puedo decir que

“VALIÓ LA PENA”

Y era la espera de poderme sentir con plenitud de vida.

Mi existencia era como una especie de salvajismo viviente, hasta que me convierto a Cristo, y cuando Cristo entró en mi corazón, la sensación que mi alma, mi espíritu y mi cuerpo sintieron fue algo que nunca había experimentado.

Cuando pude ver la transformación interna que sentí, entonces es que puedo decirte que esa espera valió la pena.

Los cristianos y cristianas podemos testificar la grandeza de este evangelio de Jesucristo, la belleza de tú sentir el gozo de la salvación en tu vida, eso no tiene precio, como dice el comercial.

Las señales de que estamos en los tiempos finales, son muy claras y contundentes, Cristo está a las puertas de venir, y Él no vendrá por tus pecados, hace más de dos mil años que Él vino a morir por tus pecados, por mis pecados, ahora Él vendrá a Juicio.

Y cuando los juicios comiencen a desatarse en la tierra, ya Jesús habrá levantado su iglesia, y los que hemos esperado su venida, podremos decir que ese es el Dios que hemos esperado,  “Y SE DIRÁ EN AQUEL DÍA: HE AQUÍ, ÉSTE ES NUESTRO DIOS, LE HEMOS ESPERADO, Y NOS SALVARÁ; ÉSTE ES JEHOVÁ A QUIEN HEMOS ESPERADO, NOS GOZAREMOS Y NOS ALEGRAREMOS EN SU SALVACIÓN”, Isaías 25: 9.

Hoy te predicamos a Cristo, para que, si no lo conoces puedas palpar que valió la pena esperar por Él, los tiempos están duros y peligrosos, prácticamente todo está cumplido.

Si no conoces a Jesús, ven a Él, no tardes más !!!

Dios te bendiga !!!  
         
Héctor Paula.
Para la Gloria de Dios

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