LECTURA BÍBLICA DE HOY:
Hebreos 7: 25, “POR LO
CUAL PUEDE TAMBIÉN SALVAR PERPETUAMENTE A LOS QUE POR ÉL SE ACERCAN A DIOS,
VIVIENDO SIEMPRE PARA INTERCEDER POR ELLOS”
Gracias Dios mío por tu
Palabra. Te presento los lectores y lectoras, glorifícate en sus vidas, guíalos
hacia toda verdad y justicia, háblales en el silencio de la noche, convéncelos,
porque Tú eres el que convence de pecado, juicio y justicia, en el nombre de
Jesús. Amén.
MENSAJE:
Hace años usted veía dos personas
peleando y lo primero que hacíamos era interceder para que el pleito no
continuara.
También en otros tiempos, cuando
existían conflictos, siempre aparecía la doña que intercedía para evitar
tragedias.
Cuando veíamos a alguien pasando una
calamidad o problema catastrófico, intercedíamos, rogábamos para que esa
persona resolviera ese problema.
Hoy el panorama ha cambiado
sustancialmente, cuando hay dos peleando, todo el mundo se pone a grabar con el
celular para conseguir likes cuando lo publican.
Si vemos problemas familiares, lo que
se hace es que la gente los motiva a que sigan peleando y si alguien tiene un conflicto, hoy en día lo que hacen es que te empujan al abismo, eso es en
términos generales porque existen excepciones de gente buena que no actúa así,
pero la gran mayoría ha caído en una especie de morbo.
Pero esto es bíblico, porque la
Palabra dice que por multiplicarse la maldad, el amor de muchos se enfriará.
No nos podemos asombrar del escenario
mundial actual, hay mucha maldad desatada.
Dios ha tenido misericordia y por la
Sangre de su Hijo Amado ha lavado a una cantidad considerable de hombres y
mujeres que son fieles a este evangelio santo y la gran mayoría de los
cristianos hemos sido provistos del don de la intersección, oramos por los
demás, nos sentimos comprometidos con el dolor ajeno, y nos ha enseñado a
“INTERCEDER SIEMPRE”
Jesús nos ha traído la salvación por
gracia, y si hemos sido salvos por su Sangre preciosa, es así que entonces nos
acercamos a Dios.
Esa es una hermosa promesa, por medio
a Jesús, nos acercamos a Dios, no es por ningún muñeco de yeso, o de bronce o
de madera, es por Jesús que nos podemos acercar a Dios.
Y Jesús vive por siempre para poder
interceder por tí y por mí, “POR LO CUAL PUEDE TAMBIÉN SALVAR PERPETUAMENTE A
LOS QUE POR ÉL SE ACERCAN A DIOS, VIVIENDO SIEMPRE PARA INTERCEDER POR ELLOS”,
Hebreos 7: 25.
Vamos a acercarnos cada día más a
Dios, a través de Jesús, para poder alcanzar esta hermosa promesa de que Él
interceda por nosotros.
Si no conoces a Jesús, aún respiras,
ven a Él !!!
Dios
te bendiga !!!
Héctor Paula.
Para la Gloria de
Dios
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