jueves, 28 de junio de 2012

"NOS RESERVAMOS EL DERECHO DE ENTRADA"

Foto por: universalcargo.com.ar

LECTURA BÍBLICA DE HOY:

TODO LO QUE EL PADRE ME DA, VENDRÁ A MÍ; Y AL QUE A MI VIENE, NO LE ECHO FUERA”, Juan 6: 37


Gracias Dios mío por tus bondades, gracias por las pruebas, gracias por la salud. Te presento a los lectores y lectoras, glorifícate en sus vidas, da fuerzas a que no la tiene, liberta al cautivo. Reprende al hombre fuerte y háblanos en el siguiente mensaje, en el nombre de Jesús. Amén.


MENSAJE *** EXHORTACIÓN *** SERMÓN *** REFLEXIÓN:



En algunos lugares, como restaurantes, discotecas, centros nocturnos, clubes, incluso sectores ó ciudades se restringe la entrada a personas que no pertenecen a la misma raza o color de la piel.



En mi país se da este caso en locales de diversión y fácilmente usted se encuentra con el letrero: “NOS RESERVAMOS EL DERECHO DE ENTRADA”, y va dirigido a personas no blancas.


La discriminación es odiosa.


La acepción de personas no le agrada a Dios, “MAS SI HACÉIS ACEPCIÓN DE PERSONAS, COMETÉIS PECADO, Y QUEDÁIS CONVICTOS POR LA LEY COMO TRANSGRESORES”, Santiago 2: 9.


Se da mucho esta situación con el tema migratorio, por ejemplo en los Estados Unidos existen grupos que no solo discriminan sino que exterminan a los ilegales, principalmente a los mexicanos y centroamericanos que cruzan temerariamente la frontera.



En Puerto Rico se discrimina a los dominicanos, viví en carne propia esta situación.  Siento una profunda indignación e impotencia con el caso reciente de una joven dominicana que su novio puertorriqueño le destrozó las dos piernas, porque ella no quería reconciliarse con él, y una jueza trató el caso como un simple accidente de tránsito, esto es bochornoso y por aquí expreso mi más enérgica protesta y rechazo por este caso, y que se condene a ese vil criminal.



En mi país se discrimina al haitiano, aunque no en la magnitud que se quiere vender, pero en realidad existe discriminación contra los haitianos.


En todo el mundo podemos encontrar discriminación y acepción de personas.



Pero en esta hora quiero presentarte a alguien que jamás te echará fuera ni te va a discriminar, y su nombre es Jesús, Rey de reyes y Señor de Señores, el León de la Tribu de Judá, aquel por el cual toda rodilla tendrá que doblarse y toda lengua tendrá que confesar que es el Señor.


En Cristo no serás rechazado.


Él no te echará fuera, “TODO LO QUE EL PADRE ME DA, VENDRÁ A MÍ; Y AL QUE A MI VIENE, NO LE ECHO FUERA”, Juan 6: 37



Obviamente la discriminación racial ha gravitado en el escenario mundial a través del tiempo. En los Estados Unidos de América, esto fue una lucha incesante, pero gracias a Dios que se ha reducido a su mínima expresión.


Una vez visité Chicago y pude ver la segregación racial existente en ese estado, de hecho estuve personalmente en el barrio afro-americano de Chicago y fue muy impresionante como se separaban y se excluían de los sectores de los blancos, esto lo vi también en Massachusetts, específicamente en Springfield y otros condados de Boston.  No sé cómo está la situación hoy en día, pero a principios de los noventa la diferencia racial en Chicago y en Massachusetts era muy marcada, esto pude palparlo personalmente.



Hace falta el temor de Jehová en las personas, porque humanamente la discriminación nos va a visitar, “SEA PUES CON VOSOTROS EL TEMOR DE JEHOVÁ; MIRAD LO QUE HACÉIS, PORQUE CON JEHOVÁ NUESTRO DIOS NO HAY INJUSTICIA, NI ACEPCIÓN DE PERSONAS, NI ADMISIÓN DE COHECHO”, 2 Crónicas 19: 7.


Quisiera que el siguiente letrero desaparezca de la faz de la tierra:



NOS RESERVAMOS EL DERECHO DE ENTRADA



En Cristo no vas a sentir discriminación, porque para Dios no hay acepción de personas, “PORQUE NO HAY ACEPCIÓN DE PERSONAS PARA CON DIOS”, Romanos 2: 11.


Hoy estamos asediados por las malas noticias, por las situaciones inesperadas, a veces por la discriminación.


La carga que tenemos en nuestros hombros es fuerte, a veces pensamos que Dios se ha olvidado de nosotros.


Pero déjame decirte que, en todo proceso, se requiere de sacrificios y pruebas, pero el producto final será el gozo de la salvación.

Aunque las pruebas sean fuertes, aunque la despensa esté vacía, aunque la enfermedad quiera burlarse de ti, aunque la deuda parezca imposible saldarla, existe un Cristo de la gloria que te llama y que quiere tomar tu carga para hacerla ligera,  VENID A MÍ TODOS LOS QUE ESTÁIS TRABAJADOS Y CARGADOS, Y YO OS HARÉ DESCANSAR. LLEVAD MI YUGO SOBRE VOSOTROS, Y APRENDED DE MÍ, QUE SOY MANSO Y HUMILDE DE CORAZÓN; Y HALLARÉIS DESCANSO PARA VUESTRAS ALMAS; PORQUE MI YUGO ES FÁCIL, Y LIGERA MI CARGA”, Mateo 11: 28-30.

Cristo no te echará fuera.


Él te ama y te llama,


Dios te guarde,


Héctor Paula

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