Dios les bendiga ricamente.
Nuestra lectura bíblica de hoy: Mateo 26: 41
"VELAD Y ORAD PARA QUE NO ENTRÉIS EN TENTACIÓN; EL ESPÍRITU A LA VERDAD ESTÁ DISPUESTO, PERO LA CARNE ES DÉBIL".
Cuando decimos que una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil, estamos diciendo que independientemente de que esa cadena sea irrompible, indestructible, si tiene un eslabón débil, descuidado, entonces por ahí va a romperse el conjunto de la cadena.
En el orden espiritual, no importa los años que tengas en el evangelio, no importa cuan grande Dios te haya usado con milagros, profecías o que hayas echado fuera demonios.
No importa si vas todos los días a la iglesia, no importa si predicas, si eres pastor, si eres evangelista, si eres un ministro, si visitas las cárceles, los hospitales.
No importa si le dedicas mucho tiempo al evangelio, hermano, hermana, si te descuidas en uno solo de los preceptos bíblicos,
ese descuido puede significar el rompimiento de tu salvación, así como se rompe la cadena por el eslabón débil.
David, siendo rey de Israel tuvo su momento de debilidad, de descuido, pues en vez de ir a la batalla contra los amonitas y la toma de la ciudad de Raba,
puso sus ojos en Betsabé, cayendo en tentación y consumando el adulterio, lo que provocó la ira de Dios el cual tuvo que enviarle a Natán para amonestarlo.
David se humilló y Dios lo perdonó aunque le mató el hijo que fue producto de la abominación que realizó.
Hemos visto lo que ha pasado con grandes evangelistas.
Nunca me olvido de ese evangelista norteamericano, llamado Jimmy Swagar, el cual tenía su ministerio de miles de personas,
era un evangelista que Dios usaba terriblemente, pero ya usted sabe lo que pasó con él por un descuido, por una debilidad.
En mi país había un evangelista en los tiempos de la dictadura trujillista.
Este evangelista Dios lo usaba de una manera poderosa al extremo de que estando preso en la cárcel del Sisal en la ciudad de Azua, Dios lo traspuso a la ciudad de Santo Domingo.
Este evangelista cuando daba campañas en los estadios se producían milagros y prodigios.
En una ocasión que Trujillo lo mandó a matar, los dos sicarios que fueron a asesinarlo, cuando le apuntaron con el arma Dios los paralizó al extremo de que cuando terminó esa campaña en el play de la Normal este hombre de Dios oró por ellos y volvieron a la normalidad, convirtiéndose en ese mismo momento a Jesucristo.
Otra ocasión en New York había un fuego que los bomberos no podían prácticamente apagar y este hombre llegó, clamó al Señor y el fuego instantáneamente se apagó.
Sin embargo este evangelista se divorció de su esposa, se casó con su secretaria, y murió borracho en una calle de New York, por el descuido que tuvo, aún Dios lo usara como lo usaba.
Yo podría enumerarle muchos casos, pero lo que les he presentado es suficiente para nosotros entender y meditar lo importante de este mensaje que el Espíritu Santo ha permitido que estés leyendo en este momento.
Hermano, hermana, Cristo viene muy pronto a levantar su Iglesia, a recoger el fruto de su sacrificio en la cruz del Calvario.
No es casual este mensaje.
Es posible que tú tengas una debilidad que no te deja dormir tranquilo, que te quita la comunión verdadera con el rostro de nuestro Señor Jesucristo.
Es tiempo de echar fuera esa debilidad en el nombre de Jesús.
Es hora de estar consciente del momento profético que vivimos en la actualidad y que nos dice que todos los hechos y acontecimientos mundiales nos confirman que nuestra redención está cerca.
Cristo quiere que estés limpio, que estés preparado para aquel día en que unos serán levantados y otros serán dejados.
Dios quiere que tu seas de los que nos vamos para el cielo a recibir a nuestro Señor en las nubes.
Tenemos que velar y orar para que esas debilidades no nos hagan pecar, pues nuestra carne es débil, "VELAD Y ORAD PARA QUE NO ENTRÉIS EN TENTACIÓN; EL ESPÍRITU A LA VERDAD ESTÁ DISPUESTO, PERO LA CARNE ES DÉBIL" Mat. 26: 41
De la misma forma que
"UNA CADENA ES TAN FUERTE..."
como su eslabón más débil, de esa misma forma el descuido y la debilidad pueden romper tu relación con Dios.
Dios te guarde
Héctor Paula
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