"PECO AHORA Y ME ARREPIENTO EL LUNES"

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TÍTULO DEL MENSAJE DE HOY:

“PECO AHORA Y ME ARREPIENTO EL LUNES”

LECTURA BÍBLICA: 2 Pedro 3: 9, “EL SEÑOR NO RETARDA SU PROMESA, SEGÚN ALGUNOS LA TIENEN POR TARDANZA, SINO QUE ES PACIENTE PARA CON NOSOTROS, NO QUERIENDO QUE NINGUNO PEREZCA, SINO QUE TODOS PROCEDAN AL ARREPENTIMIENTO”.

MENSAJE *** EXHORTACIÓN *** SERMÓN *** REFLEXIÓN:

Me preguntaba un amigo en esta semana pasada si es permitido a un cristiano irse de fin de semana a un resort con una mujer que no sea su esposa y poder arrepentirse el lunes.

Categóricamente le contesté que no, eso significaría tomar de relajo a Dios, eso sería echar por el suelo el sacrificio de Jesús en la cruz.

No es admisible pecar deliberadamente con el propósito de arrepentirse después, “PORQUE SI PECÁRAMOS VOLUNTARIAMENTE DESPUÉS DE HABER RECIBIDO EL CONOCIMIENTO DE LA VERDAD, YA NO QUEDA MÁS SACRIFICIO POR LOS PECADOS. SINO UNA HORRENDA EXPECTACIÓN DE JUICIO, Y DE HERVOR DE FUEGO QUE HA DE DEVORAR A LOS ADVERSARIOS”, Hebreos 10:26-27.

Obviamente, esto no quiere decir que no podemos pecar, todos pecamos, lo que no es permisible, es pecar voluntariamente.

Si en un momento de debilidad espiritual usted peca, debemos arrepentirnos de corazón, “LOS SACRIFICIOS DE DIOS SON EL ESPÍRITU QUEBRANTADO; AL CORAZÓN CONTRITO Y HUMILLADO NO DESPRECIARÁS TÚ, OH DIOS”, Salmos 51: 17, pero no debemos de coquetear con el pecado ni hacerlo una rutina, pues Dios ve todo lo que hacemos y oye todo lo que decimos.

Por Adán, el pecado pasó a toda la humanidad, y nos constituímos en pecadores por orígen, “POR CUANTO TODOS PECARON, Y ESTÁN DESTITUIDOS DE LA GLORIA DE DIOS”, Romanos 3: 23.

Dios nos envió a su Hijo Unigénito para llevar nuestros pecados y poder quitarnos la herencia pecaminosa que habíamos heredado de Adán.

Obviamente, la sangre preciosa de Jesús limpia nuestros pecados recibiéndolo en nuestros corazones y sobre todo arrepintiéndonos.


Foto por: existeDios.com

Pedro lo dijo en su primer discurso, “PEDRO LES DIJO: ARREPENTÍOS, Y BAUTÍCESE CADA UNO DE VOSOTROS EN EL NOMBRE DE JESUCRISTO PARA PERDÓN DE LOS PECADOS; Y RECIBIRÉIS EL DON DEL ESPÍRITU SANTO”, Hechos 2: 38.

Dios está llamando al arrepentimiento. Muchos no quieren comprender esto.

Obviamente, la misión de este blog es ser atalaya, ser portavoz de la palabra perfecta de Dios, la cual nos está exhortando seriamente al arrepentimiento genuino.

Es un llamado para estos tiempos, las cosas siguen tomando su curso profético, el mundo marcha irreversiblemente hacia el caos.

Y lo que vemos ahora, Dios lo ha definido como dolores de parto.

Jesús vino a llamar a los pecadores al arrepentimiento, “ID, PUES, Y APRENDED LO QUE SIGNIFICA: MISERICORDIA QUIERO, Y NO SACRIFICIO. PORQUE NO HE VENIDO A LLAMAR A JUSTOS, SINO A PECADORES, AL ARREPENTIMIENTO”, Mateo 9: 13.

Y no solo al arrepentimiento, Dios también nos insta a convertirnos de nuestra maldad, “A VOSOTROS PRIMERAMENTE, DIOS, HABIENDO LEVANTADO A SU HIJO, LO ENVIÓ PARA QUE OS BENDIJESE, A FIN DE QUE CADA UNO SE CONVIERTA DE SU MALDAD”, Hechos 3: 26.

En estos tiempos duros y peligrosos, Dios tiene reservadas para ti, promesas inconmensurables,

hermosas promesas con solo arrepentirte de tus pecados, con solo convertirte de tu maldad y venir a los pies de Jesucristo,

“ASÍ QUE, ARREPENTÍOS Y CONVERTÍOS, PARA QUE SEAN BORRADOS VUESTROS PECADOS; PARA QUE VENGAN DE LA PRESENCIA DEL SEÑOR TIEMPOS DE REFRIGERIO”, Hechos 3: 19.

Una palabra clave para estos tiempos,

“EL ARREPENTIMIENTO”,

No hagas caso a las voces que te impiden venir a Cristo.

Tampoco creas en los que dicen,

“PECO AHORA Y ME ARREPIENTO EL LUNES”

No creas que Jesús se ha retrasado en volver, Él no retarda su promesa, aunque algunos la tengan por tardanza.

Lo que pasa es que nos está dando tiempo con paciencia, para el arrepentimiento, “EL SEÑOR NO RETARDA SU PROMESA, SEGÚN ALGUNOS LA TIENEN POR TARDANZA, SINO QUE ES PACIENTE PARA CON NOSOTROS, NO QUERIENDO QUE NINGUNO PEREZCA, SINO QUE TODOS PROCEDAN AL ARREPENTIMIENTO”, 2 Pedro 3: 9.

Cristo te ama, y te llama,

Ven a Él,

Dios te guarde,

Héctor Paula