miércoles, 22 de junio de 2011

"UN CAMBIO DE PERSONA"


Foto por: amigosdetamaulipas.com

LECTURA BÍBLICA DE HOY: Gálatas 2: 20,

CON CRISTO ESTOY JUNTAMENTE CRUCIFICADO, Y YA NO VIVO YO, MÁS VIVE CRISTO EN MÍ; Y LO QUE AHORA VIVO EN LA CARNE, LO VIVO EN LA FE DEL HIJO DE DIOS, EL CUAL ME AMÓ Y SE ENTREGÓ A SÍ MISMO POR MÍ

MENSAJE *** EXHORTACIÓN *** SERMÓN *** REFLEXIÓN:

Lo más difícil para un ser humano es entender la razón por la cual vive sobre la faz de la tierra.

Hay preguntas que son inexplicables, vistas desde el ángulo humano-carnal.

Obviamente, el hombre desde su creación, no supo entender el verdadero propósito de su paso por la tierra.

Adán no lo entendió, porque, habiendo sido el mismo Dios que le mostró lo grandioso que era esa creación, y que la creó para vida eterna en el huerto del Edén, aún así Adán no supo sintonizarse con lo que Dios le había trazado.

Tan pronto Dios le pone una limitante, desde que lo condicionó a que no comiera del árbol de la ciencia del bien y del mal, desde ese mismo instante, el hombre desconoció el propósito de su creación, y obviamente esta desobediencia fue traspasada a toda la humanidad y hoy tenemos el reflejo de aquel pecado de origen.

La mayoría de las personas viven de acuerdo a las tradiciones, a las circunstancias, a las necesidades y a las metas terrenales de adquirir bienes y servicios que lo hagan disfrutar a toda cabalidad los deleites que el mundo presenta, sobretodo en estos tiempos de tanta competitividad, ciencia, desarrollo y tecnología.

Obviamente Dios ha continuado con el diseño que tiene para esta humanidad, dándonos la oportunidad de reivindicar el pecado original con el cual todos nacemos.

Y como Dios le tiene amor a su creación, que somos tú y yo, tuvo que enviarnos a su Hijo Unigénito para morir en la cruz del Calvario, derramar su Sangre Preciosa e Inmaculada, y resucitar al tercer día, para de esta manera poder llevar nuestros pecados y ser lavados y redimidos por esa Sangre y asegurarnos la vida eterna en Cristo Jesús.

Pero, ahora tenemos un gran dilema, y es que, la gente está consciente de que Dios nos ha dado el camino de salvación a través de Cristo, pero no se quieren someter a Cristo, sino que muchos han logrado justificarse y creerse falsamente que pueden vivir como les dé la gana y a la vez creerse que son salvos.

Pero la misión de este blog no es juzgar a nadie, esto es competencia exclusiva de Dios.

No soy nadie para juzgar, ni tampoco tengo base bíblica para juzgar a ningún ser humano, al contrario, sé que tengo debilidades, con la gran diferencia de que se las entrego al Señor Jesucristo para que Él las ministre y su gloria sea enaltecida en la medida que mis debilidades Él las convierta en fortalezas.

El caso es que para poder llegar a ser un cristiano, una cristiana eficaz, es necesario que nuestra vida refleje un cambio de persona, o sea que las cosas viejas sean todas hechas nuevas en Cristo, “DE MODO QUE SI ALGUNO ESTÁ EN CRISTO, NUEVA CRIATURA ES; LAS COSAS VIEJAS PASARON; HE AQUÍ TODAS SON HECHAS NUEVAS”, 2da. Corintios 5: 17.

La Palabra no dice que algunas cosas sean hechas nuevas, sino que todas sean hechas nuevas, y este es el punto clave para no engañarnos a nosotros mismos, y mucho menos engañar a Dios, “NO OS ENGAÑÉIS; DIOS NO PUEDE SER BURLADO: PUES TODO LO QUE EL HOMBRE SEMBRARE, ESO TAMBIÉN SEGARÁ”, Gálatas 6: 7.

Los tiempos continúan de mal en peor, la crisis ya nos golpea a todos, nadie está seguro ni aún en su propia casa.

Es tiempo de hacer un “stop”, de hacer un alto en tu vida.

Tienes que pensar en tu vida espiritual.

Decíamos que la mayoría no sabe hacia dónde va, no podemos continuar naciendo, comiendo, creciendo, reproduciéndonos, y muriendo.

Tienes una preciosa alma que salvar.

Cristo quiere tomar el dominio y el control de tu vida, solo tienes que disponerte y dejarlo entrar en tu corazón, “HE AQUÍ, YO ESTOY A LA PUERTA Y LLAMO; SI ALGUNO OYE MI VOZ Y ABRE LA PUERTA, ENTRARÉ A ÉL, Y CENARÉ CON ÉL, Y ÉL CONMIGO”, Apocalipsis 3: 20.

Jesús quiere provocar en ti y en mí,

UN CAMBIO DE PERSONA

Él fue crucificado, tenemos que crucificarnos juntamente con Cristo.

Debes declarar que ya no vives tú en tu vida, sino que Cristo es el que vive en ti y en mí.

Todo esto provocará que lo que vivimos en la carne lo vivimos en la fe en Cristo, pues, por amor se entregó a sí mismo por ti y por mí, “CON CRISTO ESTOY JUNTAMENTE CRUCIFICADO, Y YA NO VIVO YO, MÁS VIVE CRISTO EN MÍ; Y LO QUE AHORA VIVO EN LA CARNE, LO VIVO EN LA FE DEL HIJO DE DIOS, EL CUAL ME AMÓ Y SE ENTREGÓ A SÍ MISMO POR MÍ”, Gálatas 2: 20.

Cristo te ama y te llama

Ven a Él,

Dios te guarde,

Héctor Paula

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