lunes, 4 de julio de 2011

"NO SON CUENTOS NI FÁBULAS"


Foto por: dioshablahoy.blogspot.com

LECTURA BÍBLICA DE HOY: 1ra. Tesalonicenses 1: 10,

Y ESPERAR DE LOS CIELOS A SU HIJO, EL CUAL RESUCITÓ DE LOS MUERTOS, A JESÚS, QUIEN NOS LIBRARÁ DE LA IRA VENIDERA

MENSAJE *** EXHORTACIÓN *** SERMÓN *** REFLEXIÓN:

Cuando éramos niños y cometíamos una travesura, inmediatamente recibíamos la amenaza de un castigo.

En ese momento enfrentábamos una ira venidera de parte de nuestra madre ó nuestro padre.

Este era un sentimiento de preocupación, de incertidumbre y sentido de culpabilidad.

Pero muchas veces aparecía una tía, ó algún familiar que nos libraba del castigo, nos libraba de la ira venidera.

En ese mismo tenor Dios quiere mostrarnos que nos ha dado a su Hijo Unigénito, Jesús de Nazaret para librarnos de las grandes cosas que se acercan para esta humanidad pecadora.

Y esto no es cuento de camino, ni fábula de viejas, es la realidad visionaria y profética de Dios, si guardamos la Palabra, seremos guardados de la gran hora de prueba que vendrá, “POR CUANTO HAS GUARDADO LA PALABRA DE MI PACIENCIA, YO TAMBIÉN TE GUARDARÉ DE LA HORA DE LA PRUEBA QUE HA DE VENIR SOBRE EL MUNDO ENTERO, PARA PROBAR A LOS QUE MORAN SOBRE LA TIERRA. HE AQUÍ, YO VENGO PRONTO; RETÉN LO QUE TIENES, PARA QUE NINGUNO TOME TU CORONA”, Apocalipsis 3: 10-11.

Jesús vino a librarnos de esa hora de prueba que ha de venir sobre el mundo.

Lo que estamos viendo es el preámbulo, como dice la Biblia: Principio de dolores.

Y seguimos en esta incansable tarea de advertir, prevenir, pregonar las hermosas promesas que tenemos en Cristo Jesús, sobre todo en estos tiempos duros y peligrosos que nos ha tocado vivir.

Pero también les digo que no es la persuación mía ni la de este blog, la que te va a convencer, quien te convencerá finalmente es el Espíritu Santo de Dios.

La misión nuestra es traerte esta Palabra de Dios para que la fe llegue a tu vida por el oír la Palabra, “ASÍ QUE LA FE ES POR EL OÍR, Y EL OÍR, POR LA PALABRA DE DIOS”, Romanos 10: 17

Y en esa misión continuamos, cuando digo continuamos me refiero al Espíritu Santo en primer lugar y a mí en un último y lejano lugar, porque toda la gloria, y toda la honra de lo que se escribe aquí pertenecen única y exclusivamente al Espíritu Santo de Dios.

Dios le mostró al profeta Jeremías una panorámica de lo que sería este tiempo, llamándole tiempo de angustia para Jacob, “¡AH, CUÁN GRANDE ES AQUEL DÍA! TANTO, QUE NO HAY OTRO SEMEJANTE A ÉL; TIEMPO DE ANGUSTIA PARA JACOB; PERO DE ELLA SERÁ LIBRADO”, Jeremías 30: 7.

Será tiempo de tribulación, tiempo de angustia, sin que esto llegue a ser ni cuentos ni fábulas, sino la Palabra Santa de Dios, que nos ordena a clamarle misericordia, nos ordena esperar en Él para tener salvación en el tiempo de la tribulación, “OH JEHOVÁ, TEN MISERICORDIA DE NOSOTROS, A TI HEMOS ESPERADO; TÚ, BRAZO DE ELLOS EN LA MAÑANA, SÉ TAMBIÉN NUESTRA SALVACIÓN EN TIEMPO DE LA TRIBULACIÓN”, Isaías 33: 2.

Las terribles cosas que se acercan no han ocurrido desde el principio del mundo, será la gran tribulación, “PORQUE HABRÁ ENTONCES GRAN TRIBULACIÓN, CUAL NO LA HA HABIDO DESDE EL PRINCIPIO DEL MUNDO HASTA AHORA, NI LA HABRÁ”, Mateo 24: 21.

Y según el curso que llevan los acontecimientos, nos acercamos a pasos agigantados a ese tiempo.

Aquí no existe la palabra asustar.

Aquí lo que existe es la palabra sembrar, para que sea el Espíritu Santo quien la germine en tu corazón, y obviamente puedas cosechar abundantes frutos de paz, gozo y salvación.

Lo que te traemos aquí,

NO SON CUENTOS NI FÁBULAS

Ven a Cristo en esta hora, escapa por tu vida, en Cristo hay seguridad, en Cristo hay Salvación, en Cristo hay vida.

Él es nuestra esperanza, Dios nos lo enviará de nuevo.

A Cristo esperaremos, el cual resucitó de los muertos.

Y la promesa redentora que tenemos los que esperamos su venida, es que nos librará de la ira que se aproxima, “Y ESPERAR DE LOS CIELOS A SU HIJO, EL CUAL RESUCITÓ DE LOS MUERTOS, A JESÚS, QUIEN NOS LIBRARÁ DE LA IRA VENIDERA”, 1ra. Tesalonicenses 1: 10.

Cristo te ama,

Ven a Él,

Dios te guarde,

Héctor Paula

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