LECTURA BÍBLICA DE HOY:
Romanos 2: 1, "POR LO CUAL ERES INEXCUSABLE, OH HOMBRE, QUIENQUIERA QUE SEAS TÚ QUE JUZGAS; PUES EN LO QUE JUZGAS A OTRO, TE CONDENAS A TÍ MISMO; PORQUE TÚ QUE JUZGAS HACES LO MISMO"
Gracias Dios mío por tu Palabra. Gracias por las pruebas, gracias por las bendiciones, toma el dominio y el control de la vida de los lectores y lectoras, haznos propicios para continuar en tu obra Padre Celestial y gracias por tu oportuno socorro, en el nombre de Jesús. Amén.
MENSAJE:
En mi país se ha estado produciendo un juicio de medidas de coerción por el caso de una constructora brasileña y prácticamente todo el país ha estado dándole seguimiento a los detalles de ese juicio.
En otro orden, he dicho en otras ocasiones que, el juzgar a los demás se ha convertido en una pandemia.
El juzgar a los demás es dañino, corroe, destruye, aplasta, patea, golpea, es como un tsunami con efectos devastadores.
Lo más grande es que nos encanta juzgar, y no sólo juzgar, también condenar y enviar al hermano, a la hermana al patíbulo, al paredón, muchos mandan para el infierno y otros mandan para el lago de fuego.
Existe un morbo gigantesco en buscar la paja en el ojo humano y no ver la enorme viga que tenemos en el nuestro.
Esto es tan dramático, que los verdugos, las verdugas que colocan la soga al cuello abundan y sobre abundan, no sólo en el mundo, sino también en las iglesias.
Dios es muy claro y contundente en esto, Dios tiene los juegos pesados, Él no maquilla ni anda con rodeos en su Palabra, "¿Y PIENSAS ESTO, OH HOMBRE, TÚ QUE JUZGAS A LOS QUE TAL HACEN, Y HACES LO MISMO, QUE TÚ ESCAPARÁS DEL JUICIO DE DIOS?", Romanos 2: 3.
Dios es un Dios de orden, y Él detesta a las personas que andan juzgando, y
"HABLANDO DE JUICIOS"
¿Por qué juzgas a tu hermano, a tu hermana?, "PERO TÚ, ¿POR QUÉ JUZGAS A TU HERMANO? O TÚ TAMBIÉN, ¿POR QUÉ MENOSPRECIAS A TU HERMANO? PORQUE TODOS COMPARECEREMOS ANTE EL TRIBUNAL DE CRISTO", Romanos 14: 10.
Es hora de terminar con ese espíritu maligno de juzgar a los demás.
Cuando acusas, estás haciéndole el juego al mismo infierno, porque el enemigo de las almas es el padre de acusar y condenar a los demás.
Cuando señalas con tu dedo índice, hay tres dedos que te señalan a tí. Nadie, absolutamente nadie tiene derecho a estar acusando, juzgando y condenando, "ASÍ QUE, YA NO NOS JUZGUEMOS MÁS LOS UNOS A LOS OTROS, SINO MÁS BIEN DECIDID NO PONER TROPIEZO U OCASIÓN DE CAER AL HERMANO", Romanos 14: 13.
Dios nos ha hablado claro en este mensaje.
Desobedecer esta Palabra, es desafiar a Dios, a tí que te encanta juzgar, evita juicio para tí.
El que tenga oídos espirituales, oiga con humildad lo que el Espíritu Santo nos habló a todos y todas en este mensaje.
Dios te bendiga !!!
Héctor Paula
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