miércoles, 15 de abril de 2009

"UNA GRAN HIPOCRESÍA: LA DISCRIMINACIÓN"



Foto superior por: ngari.norway
Foto inferior por: ofixler

¡¡¡ Dios les continúe bendiciendo rica y poderosamente !!!

Nuestra lectura bíblica de hoy: Romanos 2: 11, "PORQUE NO HAY ACEPCIÓN DE PERSONAS PARA CON DIOS".


Este es un tema de muchas aristas.

Es un tema que por donde usted lo tome le va a arder la mano.

Desde tiempos inmemoriables la discriminación ha sido el centro de grandes disputas, de grandes acontecimientos y de grandes conflictos.

Hemos tenido la discriminación femenina que a través de los años se ha ido perdiendo y hoy en día ya la mujer ocupa un lugar preponderante en la sociedad.

Hemos tenido la discriminación racial, que es la que vamos a abordar someramente.

Pudimos ver hace décadas como en los Estados Unidos la discriminación racial llegó a extremos salvajes, llegando el Xu-xu clan a exterminar miles de afro-americanos hasta que Martin Luther King pudo liderear la lucha antiracial que era tan devastadora.

Existían estados donde ser negro era peor que ser un criminal, como por ejemplo Springfield, Massachussets, ahí no podía entrar un negro.

Estuve en Chicago a finales de los ochenta y pude ver una división extraordinaria de los negros y los blancos, incluso visité el barrio negro de Chicago, y les confieso que era uno de los Estados más disgregados, racialmente hablando, no se actualmente como haya mejorado esto.

La discriminación racial ha sido como una bomba atómica.

Ha sido frustratoria para tantos seres humanos que hemos sentido y vivido en carne propia la discriminación racial.

Nuestro país no se queda atrás, somos un país altamente discriminatorio contra las personas de color. Conozco personas que expresan que no quieren saber de negros, siendo nuestro país una mezcla de blancos, negros y mulatos y como dice la gente del pueblo, tenemos el negro detrás de las orejas.

Si hay un puesto trabajo de recepcionista en una empresa, en un 95% se buscan jóvenes "de buena presencia", por lo regular muy bien parecidas, bonitas, blancas, delgadas,altas, que parezcan modelos. Porque también tenemos discriminación para las personas obesas ó pequeñas ó viejas.

Esto es indignante, es sencillamente lamentable.

Se dice que hay que refinar la raza.

Esa es nuestra sociedad, hipócrita, pecadora, adúltera y discriminatoria, pero todo se acepta como bueno y válido. Debo decir que existen honrosas excepciones en este aspecto.

Por eso en esta hora te presento al único que jamás te va a discriminar, no importa tu color, no importa si eres gordo(a), no importa si eres pequeño(a), Él jamás te va a discriminar, su nombre es Jesús de Nazaret.

En algunos lugares echan fuera a los negros, Jesús jamás te echará afuera, "TODO LO QUE EL PADRE ME DA, VENDRÁ A MÍ; Y AL QUE A MÍ VIENE, NO LE ECHO FUERA", Juan 6: 37.

Una de las cosas que más me enfadaba cuando no era cristiano era ver lo discriminatoria que es esta sociedad,

y soñaba con estar entre personas que no les importara tu condición, ni le importara tu posición económica,

hasta que un día especial Jesús me llamó y me humillé a sus piés y hoy puedo experimentar lo que es compartir con los hermanos sin importar que sea un triciculero, ó que sea un vendutero, ó que sea un moreno, ó que sea un doctor, ó que sea un ingeniero ó que sea un friturero,

en Cristo somos todos iguales, sin hipocresía,

no existe la discriminación para el verdadero evangélico.

Esto es hermoso compartir sin importar lo que seas, esto solo se ve en el pueblo legítimo de Dios, en la Iglesia espiritual,

porque hay muchas iglesias donde pastores tienen sus "caritas" como se dice y discriminan mucho, pero tendrán que darle cuentas a Dios en aquel día ineludible en que todos tendremos que acudir ante Tribunal de Cristo.

Por eso hoy te exhorto a que vengas a sentir el gozo de los hermanos en Cristo, el gozo del Espíritu Santo en tu vida,

ven a Cristo e inmediatamente Jesús te sellará con su Santo Espíritu,

ven al redil de Cristo y podrás sentir el amor verdadero de los hermanos, donde no importa tu condición, si eres rico, pobre, alto, bajo, gordo, flaco,

no importa lo que seas ni como seas, el Señor no hace acepción de personas como lo hace la sociedad hipócrita que observamos hoy, "PORQUE NO HAY ACEPCIÓN DE PERSONAS PARA CON DIOS", Romanos 2: 11.

En el mundo vemos

"UNA GRAN HIPOCRESÍA: LA DISCRIMINACIÓN"

En Cristo no hay acepción de personas, ¡Que gran diferencia!,

Ven a Cristo, no lo pienses más,

Dios te guarde,

Héctor Paula

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