"LA VIRTUD DE SABER ESCUCHAR"

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LECTURA BÍBLICA DE HOY: Miqueas 7: 7,

“MAS YO A JEHOVÁ MIRARÉ, ESPERARÉ AL DIOS DE MI SALVACIÓN; EL DIOS MÍO ME OIRÁ”

MENSAJE *** EXHORTACIÓN *** SERMÓN *** REFLEXIÓN:

Estamos, indiscutiblemente, en tiempos finales, en tiempos proféticos, prácticamente todo está cumplido.

La Palabra ha definido este tiempo en que vivimos como dolores de parto.

Para muchos, la vida transcurre sin grandes dificultades, antes al contrario, viven acomodados y voy a usar una expresión dicha por una persona que conozco, cuando se le preguntaba en que gasta el dinero, a lo que él respondió: “Tengo una vida social que mantener”.


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Una de las cosas que define este tiempo profético es que la mayoría ha perdido la virtud de saber escuchar.

Las personas tienen tanta actividad que es difícil usted entablar una charla y le pongan la debida atención.

Usted no acaba de exponerle a alguien una determinada conversación y prácticamente la persona interlocutora lo que quiere es expresarse ella y no le dio la debida importancia a la idea que usted quería expresarle, no le escuchó adecuadamente.

Es difícil saber escuchar.

La gente lo que quiere es hablar.

Se ha perdido esa virtud de saber escuchar.


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Yo diría que es un don de Dios saber escuchar a los demás.

Obviamente quien reparte las virtudes y los dones es el mismo Dios, Él es quien nos ha provisto de dones y habilidades, lo que pasa es que el hombre no quiere reconocer que Dios es el dueño de la sabiduría, y a quien quiere se la da.

La gloria es de Dios.

Siempre tenemos que reconocerle a Dios cualquier habilidad que nos haya dado, no tomándonos para nosotros mismos toda la gloria, porque, ¡ Cuántas personas arrogantes, altivas y orgullosas vemos a diario !.

Dios podrá escucharnos bajo ciertas condiciones.

Dios no escucha a todo el mundo.


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Dios escucha al que se humilla y vive una vida agradable a Él , “ENTONCES CLAMARÉIS A JEHOVÁ, Y NO OS RESPONDERÁ; ANTES ESCONDERÁ DE VOSOTROS SU ROSTRO EN AQUEL TIEMPO, POR CUANTO HICISTEIS MALVADAS OBRAS”, Miqueas 3: 4.

A veces acudimos a un amigo, a un familiar y hasta a nuestra pareja buscando un consejo o una orientación y lo que conseguimos es que nos den las espaldas y/o que no nos sepan escuchar, “NO CREÁIS EN AMIGO, NI CONFIÉIS EN PRÍNCIPE; DE LA QUE DUERME A TU LADO CUÍDATE, NO ABRAS TU BOCA. PORQUE EL HIJO DESHONRA AL PADRE, LA HIJA SE LEVANTA CONTRA LA MADRE, LA NUERA CONTRA SU SUEGRA, Y LOS ENEMIGOS DEL HOMBRE SON LOS DE DE SU CASA”, Miqueas 7: 5-6.

Es por eso que tenemos que poner nuestra esperanza en Dios, y clamarle, entonces Él va a escuchar nuestra voz y nuestro clamor llegará a sus oídos, siempre y cuando lo invoques, “EN MI ANGUSTIA INVOQUÉ A JEHOVÁ, Y CLAMÉ A MI DIOS; ÉL OYÓ MI VOZ DESDE SU TEMPLO, Y MI CLAMOR LLEGÓ DELANTE DE ÉL, A SUS OÍDOS”, Salmos 18: 6.


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Es hora de entender que los oídos de Dios están siempre atentos al clamor de los justos.

Él no escucha el clamor todo el mundo, solo escucha al clamor de los justos, “LOS OJOS DE JEHOVÁ ESTÁN SOBRE LOS JUSTOS, Y ATENTOS SUS OÍDOS AL CLAMOR DE ELLOS”, Salmos 34: 15.

Pero Dios no es excluyente, no es clasista, no tiene acepción de personas, Él espera por ti, para que tomes una decisión en tu vida espiritual, vengas a Cristo y puedas pertenecer al ejército de los justos.

Dios no te excluye, tú eres el que lo has excluido a Él, pero en esta hora te extiende sus brazos, te ofrece el regazo de Jesucristo, porque Él no quiere que tú te pierdas.

Dios está atento a tu salvación, a mi salvación y por eso quiere que vengas a Cristo, porque Él quiere escuchar tu clamor en esa circunstancia en que te encuentras hoy.

Es sencillo, no hay que pagar derecho a entrada para venir a Cristo.

No hay que pagar carnet de socio, ni pertenecer a familias adineradas, solo tienes que entregar tu corazón a Jesucristo y vas a adquirir el derecho de pertenecer al redil de Cristo y heredar todas las hermosas promesas que tiene reservadas para tí y los tuyos.


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En el mundo es difícil que te escuchen adecuadamente, y cuando caes muchos se alegran, pero Dios te levanta en esta hora, Dios te ofrece la luz de Cristo, “TÚ ENEMIGA MÍA, NO TE ALEGRES DE MÍ, PORQUE AUNQUE CAÍ, ME LEVANTARÉ; AUNQUE MORE EN TINIEBLAS, JEHOVÁ SERÁ MI LUZ”, Miqueas 7: 8

Prácticamente se ha perdido

“LA VIRTUD DE SABER ESCUCHAR”

Solo debes mirar a Dios, no te fijes en el cristiano que falla, solo espera en Dios y Él te escuchará, Él te oirá, “MAS YO A JEHOVÁ MIRARÉ, ESPERARÉ AL DIOS DE MI SALVACIÓN; EL DIOS MIO ME OIRÁ”, Miqueas 7: 7.

Espera en Dios con paciencia, y verás que se inclinará hacia ti y oirá tu clamor,


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“PACIENTEMENTE ESPERÉ A JEHOVÁ, Y SE INCLINÓ A MÍ, Y OYO MI CLAMOR”, Salmos 40: 1.

Dios te guarde.

Héctor Paula