"CRUZANDO LA META"

Dios les continúe bendiciendo.

Filipenses 3: 14 "Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús"

Todo atleta tiene como objetivo principal cruzar la meta en primer lugar y obtener el trofeo.
Nuestras vidas están sujetas a cruzar metas: una carrera universitaria, un oficio, un buen trabajo, una familia, lo que llamamos en el mundo, una persona realizada.

Lo único lamentable es que todas esas metas terrenales son por un tiempo, llegan a un final. Por eso vengo a presentarte una meta que es para vida eterna en Cristo Jesús.

Es una carrera preciosa que tenemos que recorrer a fin de lograr llegar a esa meta, Hebreos 12:1-2 "Y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe"

De esta manera, con la sangre de Cristo es que podemos completar nuestra carrera en este mundo pecaminoso en el cual solo Cristo nos puede asegurar un final de victoria: Salmo 37: 37 "Porque hay un final dichoso para el hombre de paz".

Dios nos exhorta a proseguir hacia la meta para obtener el trofeo, las coronas, los galardones que Él nos tiene reservados, si perseveramos en sus caminos hasta el fin: Fil. 3: 14 "Prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús"

Dios nos habla de esa meta y usa el griego skopos que significa llegar a la meta con éxito, por eso amigo, amiga es tan importante recibir a Cristo y vivir una vida agradable a Dios.

Queremos y debemos cruzar esa meta espiritual para vida eterna, y Jesús nos enseñó a que guardemos sus mandatos y preceptos para darnos la seguridad de que Él permanecerá con nosotros hasta el fin:

Mat. 28: 20 "Enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén"

Por eso en esta hora te exhorto a que este mensaje te haya tocado y entiendas lo importante que es para tu vida espiritual procurar que Dios te sostenga de la mano al ir

"CRUZANDO LA META"

Dios te bendiga y te guarde,

Héctor Paula