lunes, 23 de junio de 2008

"LA PACIENCIA DE LA PESCA I"

PARTE I de II

Dios les continúe bendiciendo en este comienzo de semana laboral.

Lucas 5: 5 "Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; más en tu palabra echaré la red"

Si observamos a las personas que practican la pesca, por lo regular tienen una paciencia especial cuando están pescando.

Se lanza el anzuelo con la carnada y hay que esperar pacientemente que un pez pique el anzuelo y quede atrapado.

Así mismo nuestro Señor Jesucristo hace con nosotros, nos envía su palabra y pacientemente espera que nosotros seamos impactados y nos convirtamos a Cristo.

Los evangélicos tenemos la gran comisión de ir por todo el mundo a predicar el evangelio, recibiendo las personas, la promesa de ser salvos si se convierten a Cristo "Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyera y fuere bautizado, será salvo; más el que no creyere, será condenado". Marcos 16: 15-16.

Basados en esto vamos siendo, con mucha paciencia pescadores de hombres, tal y como el Señor le dijo a Simón, quien sería Pedro más adelante: "Pero Jesús dijo a Simón: no temas; desde ahora serás pescador de hombres"

Qué impactó realmente a Simón?

Él era un pescador de profesión, y como pescador sabía cuando era el tiempo propicio para echar la red.

He hablado con personas conocedoras de la pesca y todos coinciden en que saben la época, el lugar, la hora y los detalles propios de una buena pesca, obviamente ningún pescador sale a pescar al azar.

El caso de Simón no era la excepción, él sabía que cuando echara la red, debía de sacar buena pesca, por lo tanto le expresó al Maestro su inconformidad, pues en su experiencia humana, él estaba convencido que debía de sacar peces en la red "Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda le noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado"

Y aquí tenemos otro mensaje.

Continuaremos mañana si Dios quiere, a fin de no alargar demasiado el mensaje y podamos sacarle más provecho a la bendición.

Dios les bendiga ricamente,

Héctor Paula

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