viernes, 11 de julio de 2008

"LOS ACOSTUMBRADOS AL MAL OLOR, TERMINAN SIN SENTIRLO"

Dios les bendiga.

Hebreos 12: 1b-2 "Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe"

He llegado a algunos lugares de escasos recursos económicos y en algunas áreas he sentido un profundo mal olor reinante y las personas que viven en esta condición no sienten ese mal olor proveniente principalmente de pocilgas de cerdos, basuras y cañadas fétidas que les circundan.

Les he preguntado que si no se sienten molestos con el mal olor y me decían que ya no les molestaba porque ya se habían acostumbrado y que no les molestaba en lo más mínimo.

Esto es una realidad, la gente que vive próximo a lugares de mal olor se acostumbran al mismo y conviven con la fetidez de una manera natural, obviamente cuando usted llega siente profundamente la molestia de este mal olor.

Así mismo es el pecado, la gente se ha acostumbrado al pecado y convive con él de una manera natural, es como una costumbre, ya la gente no siente ningún reparo, ninguna reprensión ante la práctica del pecado.

El pecado es todo lo que ofende a Dios, perfectamente delineado y deslindado en la Biblia.


Toda transgresión, toda desobediencia a los preceptos de Dios es pecado y déjeme decirle que Dios detesta el pecado,

Dios le dio al hombre el libre alberdrío para elegir el camino de pecado que ofrece el enemigo de las almas ó el camino de salvación que ofrece nuestro Señor y Salvador, Jesús de Nazaret.


Dios no negocia con el pecado.

Nos ha dejado su Palabra, sus profetas, sus evangelistas, sus pastores, sus maestros, sus apóstoles para que esta Palabra sea esparcida y la gente no pueda alegar ignorancia cuando esté de frente con Jesús en aquel día ineludible en que todos tendremos que acudir ante el tribunal de Cristo,


2 Corintios 5: 10 "Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo", dice todos, no algunos.

Yo vivía una vida totalmente sumergida en el pecado y les confieso que creía que estaba bien, porque ya me había acostumbrado al mal olor del pecado, era parte de ese mal olor y por eso mi vida corría en medio del pecado,


pero cuando la Sangre de Cristo me lavó y me rescató entonces me salí de ese mundo pecaminoso, y les aseguro que el ambiente de pecado me apesta, cuando vienes a Cristo puedes percibir el mal olor del pecado, así de sencillo, "Pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado" 1ra. Juan 1: 7

Esto quiere decir que si la sangre de Jesucristo nos limpia, obviamente estábamos sucios, hediondos del pecado, esto lo acaba de decir la Biblia no yo.

Por eso es que te predicamos, para que tu te apercibas y dejes esa vida pecaminosa que tu crees que estás bien, pero sabes que tus acciones no le agradan a Dios.

Es importante que dejes el pecado, se te hace difícil porque convives con él y no te das cuenta, pero te digo en esta hora que Dios se enoja con el pecado, Hebreos 10: 26 "Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios".

Este es un mensaje de advertencia a tu vida, estos son mensajes que Dios me ha permitido escribirte porque Dios te ama, porque tienes una preciosa alma que salvar, por eso la Palabra de hoy nos dice,


"Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe" Hebreos 12: 1b-2.

Cristo te ama, esto es real, esto es hermoso,

por eso te advierte en esta hora que dejes el pecado para que no pases como

"LOS ACOSTUMBRADOS AL MAL OLOR, TERMINAN SIN SENTIRLO",

evita que te acostumbres al pecado y no lo sientas.

Ven a Cristo.

Dios te guarde.

Héctor Paula.

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